AMOR, apenas cuatro letras y cabe tanto dentro... y duele tanto cuando te dejan fuera”. Ese es uno de los poemas que dan forma a una de las escenas de Y todo por amor. El grupo 7 Grados, bajo la batuta de Itziar Lazkano, pone este fin de semana sobre el escenario de Pabellón 6 un montaje diferente, con música en directo, que invita al público a realizar un recorrido por los sentimientos que despierta el amor y de la misma manera el desamor. “Es una montaña rusa de sentimientos, profunda, pero con muchos toques de humor”, resumió la directora Itziar Lazkano.

Este espectáculo es fruto de una tormenta de ideas que fueron lanzando los diferentes miembros de la compañía. Los textos que se utilizan en la hora y diez que dura el montaje son de Quim Monzó y las poesías de Karmelo Iribarren y Roger Wolfe: “Queríamos poner en escena una obra con textos de diferentes. Yo siempre quise recoger poesías de Iribarren. Todos los autores elegidos ofrecían historias que tenían como tema principal el amor y todo lo que surge alrededor de este sentimiento”, añadió.

A partir de ahí solo fue necesario meter todas las ideas en una licuadora y darle forma a un montaje con poesía y que desde el minuto uno cautiva al público con las diferentes situaciones que se relatan. “La gente se siente identificada con las historias que se cuentan. Hay gente que ha salido llorando del teatro después de ver la obra y sentirse identificado con las escenas que llevamos al montaje”, destacó Lazkano.

¿Y es que quién no ha llorado por amor? “Todos hemos sufrido alguna vez por amor”, destacaron los actores. Según relata la directora del montaje el amor es ese lenguaje universal que a veces desconcierta, otras hace que uno se sienta único, feliz y desdichado. Y todo por amor no es solo una obra de teatro, ni es un recital de poesía, ni un mero concierto... “Es un poco todo. Cuando tengo que describir lo que realmente es digo que es una teatro concierto, un dos por uno donde la gente se lo pasa genial”, apuntó la directora. La música en directo, hilo conductor del montaje, ayuda al público a realizar con la imaginación un viaje por las emociones más profundas del ser humano, esas que afloran cuando cupido, sin compasión lanza sus flechas y te alcanzan.

Tres integrantes del grupo Confluence, Jorge Gros, Irrintzi Ibarrola y Eduardo Landeta son los encargados de versionar canciones muy conocidas que transportará al espectadora a escenas de amor y desamor. “Lo que hemos hecho es una interpretación de los temas y ellos están relacionados con las escenas que los actores interpretan”, describe Irrintzi Ibarrola. La música sirve de lazo de unión de las diferentes historias y los poemas “porque en este equipo no les gusta trabajar con obras que tengan un inicio, nudo y desenlace”, confesaron a DEIA. “Son una correlación de textos cortos”.

En este teatro concierto, las melodías en directo dotan al montaje de un ritmo que invita al público a moverse del sofá y, en otras, a tararearlas. “Es un lujo poder contar con estos pedazos de músicos. Hay canciones inéditas y la mayoría son versiones de melodías conocidísimas. La gente disfruta mucho, pasa un rato agradable”, destacó Lazkano.

Y todo por amor aunque no es una comedia cuenta con escenas cómicas que roban carcajadas a los espectadores, pero también es un montaje que invita a la reflexión. “A veces he pensado si no exageramos las historias que contamos en la obra a través de los personajes que encarnamos. Después de ver la reacción de la gente, he llegado a la conclusión de que no. Son situaciones reales, que de una manera u otra han ocurrido a alguna persona”, destaca la también actriz Ainhoa Bazterrica que forma el elenco junto a Ana María Llamas, Iñigo Sourroville y Mikel Ibáñez.

Los cuatro actores cambian con rapidez de registros para interpretar con maestría a los diferentes personajes que desfilan a lo largo de hora y diez que dura por las tablas de Pabellón 6. “Tenemos muchos personajes disparatados que se meten en situaciones dispares. Realmente lo que hacemos es relatar vivencias, emociones diferentes que tocan a la gente”, lanzaron los actores.

¿Se puede hacer todo por amor? “Sí”, contestaron todos con rotundidad. El amor mueve montañas, enloquece, hace daño y aunque para nada esté justificado, por amor hay quien ha matado e incluso hay quien se ha quitado la vida. “Hay amores que son muy peligrosos; es a veces tan dulce y otras tan amargo...”, añadió la directora. Sin embargo, acudir hoy y mañana, domingo, a ver la obra Y todo por amor a Pabellón 6, en Ribera de Deusto, no es en absoluto peligroso. Será tal y como lo describen sus protagonistas una experiencia “gratificante”. “Que no se lo pierdan” porque los espectadores podrán salir más enamorados si cabe de la vida y de los buenos momentos que regala el teatro. “Encima en Pabellón 6 la cercanía y contacto con los actores es mucho mayor. Después de la obra nos encanta compartir las experiencias con el público”, concluyeron.