LA entrega de los premios de la Academia norteamericana de Cine se celebrará en el Dolby Theatre de la ciudad de Los Ángeles, en una particular ceremonia que no tendrá anfitrión. Tras el anuncio de que sería el cómico afroamericano Kevin Hart, uno de los más populares en la actualidad en el país, las redes sociales recordaron antiguos mensajes con contenido homófobo de Hart que fueron publicados en Twitter entre 2009 y 2011. “¡Acabo de ver al gay más grande de la historia! Este tipo parecía Hulk Hogan con tacones. ¡No puedo mentir, me asustó!”, escribió en uno, mientras que el otro defendía que impediría a su hijo jugar con casas de muñecas porque “eso es gay”.

Ante las críticas, Hart optó primero por regatear los reproches (“Si no creéis que la gente cambia, crece y evoluciona cuando se hace mayor, no sé qué deciros”, dijo), después evitó disculparse (“alimentamos a los trolls de Internet y les premiamos. No voy a hacerlo”, señaló), y, finalmente, acabó pidiendo perdón y renunciando a conducir la gala.

Al final, la Academia ha decidido que sean diferentes estrellas las que vayan pasando por el escenario, asumiendo sus funciones, una fórmula que también se utilizó en las ediciones de 1969, 1970, 1971 y 1989 que no tuvieron maestro de ceremonias, aunque la mayoría fue un fracaso.

La Academia también ha recibido un buen tirón de orejas del mundo del cine. Con el objetivo de que la ceremonia no superara las tres horas de duración, se anunció que las estatuillas de fotografía, edición, cortometraje de ficción, y maquillaje de peluquería se presentarían durante los anuncios y que, posteriormente, los discursos de sus ganadores se emitirían editados y en diferido.

La decisión de la organización fue muy discutida por grandes figuras del cine, que llegaron a enviar una carta exigiendo que se diera marcha atrás. “Relegar estas artes esenciales del cine a un estatus menor en la 91 edición de los Oscar no es nada menos que un insulto a aquellos de nosotros que hemos dedicado nuestras vidas y pasiones a nuestra profesión”, decía ese escrito. La Academia de Hollywood tuvo que rectificar al final la polémica medida.

horas bajas de la gala Una desafortunada temporada para la Academia, a la que suma la institución y posteriormente, supresión de un nuevo Oscar a la mejor película popular, en un momento en el que la gala es muy cuestionada. El año pasado su audiencia cayó en picado y batió el récord negativo de espectadores.

A pesar de todo, the show must go on... (el espectáculo tiene que continuar). Y las quinielas ya han comenzado a especular sobre quién se puede llevar la ansiada estatuilla. Las películas Roma del mexicano Alfonso Cuarón, y La Favorita, del griego Yorgos Lanthimos, parten como aspirantes destacadas con diez nominaciones cada una. Pero, sin embargo, durante la entrega de los Globos de Oro, considerados la antesala de los Oscar, fueron Bohemian Rhapsody y Green Book las que se llevaron la gloria en la gala que organizó la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA). La nueva película del director de Gravity se tuvo que conformar con el Globo de Oro a mejor director y a la mejor película extranjera.

‘roma’ hace historia Con fotografía en blanco y negro, rodada en 65 milímetros, el filme se convierte en un ejercicio para que Cuarón relate la desigualdad en la que vivía Libo, la niñera que comenzó a trabajar en su casa cuando él tenía tan solo 9 meses, en 1962. Los relatos de su niñera fueron el primer contacto de Cuarón con la inmensa desigualdad que pervive en México. La actriz Yalitza Aparicio hace una interpretación magnífica de la cuidadora, por la que podría conseguir también un merecido Oscar.

Roma también aspira a conseguir el primer Oscar a la mejor película a una plataforma digital, en este caso Netflix, lo que sería sin duda un signo de los nuevos tiempos en el cine.

Cuarón tendrá que disputarse la estatuilla a mejor película con Infiltrado en el KkKlan, una ácida comedia sobre la discriminación racial, Black Panther -la primera cinta de superhéroes que consigue este reconocimiento-. También con el filme biográfico de Freddie Mercury, Bohemian Rhapsody, que fue un éxito en la taquilla y se llevó el Globo de Oro a mejor película. La favorita es una clara candidata a llevarse también premios importantes. El filme del griego Yorgos Lanthimos narra una historia basada en hechos reales del siglo XVIII sobre la relación de la reina Ana con su mejor amiga, Sarah Churchill y la sirvienta recién llegada Abigail Masham. Olivia Colman aspira a conseguir la estatuilla dorada por su papel como la reina Ane. La cinta se llevó el Gran Premio Especial del jurado en el Festival de Venecia.

Green Book, dirigida por Peter Farrelly, galardonada con tres Globos de Oro, cuenta con cinco nominaciones. La película, que cuenta la amistad entre un hombre blanco y otro afroamericano, podría dar la sorpresa ya que es la favorita de los productores de Hollywood.

La película de Adam McKay, El vicio del poder, cuenta la historia de Dick Cheney, uno de los personajes más turbios de la política estadounidense interpretado por el casi irreconocible Christian Bale. Parte con ocho nominaciones. Las mismas que Ha nacido una estrella, la entrada triunfal de Lady Gaga en Hollywood, una película dirigida por el también debutante Bradley Cooper.

La batalla por el galardón a la mejor actriz será una de las más encarnizadas entre Glenn Close (La buena esposa), Lady Gaga (Ha nacido una estrella) y Olivia Colman (La favorita). Ese choque podría contar con la presencia de la mexicana Yalitza Aparicio (Roma) y de Melissa McCarthy, que ha conseguido las mejores críticas de su carrera con ¿Podrás perdonarme algún día?

En el terreno de mejor actor, Christian Bale (El vicio del poder), Bradley Cooper (Ha nacido una estrella), Rami Malek (Bohemian Rhapsody) y Viggo Mortensen (Green Book) parecen apuestas seguras. Otros nombres que se barajan son los de Bradley Cooper (Ha nacido una estrella) y Willem Dafoe (Van Gogh, a las puertas de la eternidad). Todo está preparado para que comience la velada más glamurosa del cine.