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Las ‘nuevas’ pasiones de Sharon Van Etten

La cantante y actriz de los ee.uu. abandona las guitarras por el piano y los sintetizadores en su disco ‘Remind me tomorrow’

Las ‘nuevas’ pasiones de Sharon Van Etten

el quinto disco de Sharon Van Etten, Remind me tomorrow(Jagjaguwar/Popstock), va a ser uno de los grandes (esperados y madrugadores) regresos de 2019. Y seguramente que también controvertido, ya que la cantante y actriz, figura del último indie con su Americana pop melancólica, abandona las guitarras por el piano y los sintetizadores en un disco sintético y oscuro que sigue la estela de los caminos abiertos por Nick Cave y Portishead. “Es un disco que trata de perseguir tus pasiones”, explica.

Este viernes 18 se publica el quinto disco de Van Etten, que llega cuatro años después de Are we there, álbum de los más elogiados de 2014 en el ámbito de la música alternativa. Eso sí, la de Brooklyn no ha perdido el tiempo; ni mucho menos. Sus pasiones se han bifurcado en múltiples frentes artísticos y personales, ya que ha participado como actriz en la serie de intriga y ciencia-ficción The OA, y en la banda sonora de la recuperada Twin Peaks, de David Lynch.

En lo personal también ha vivido cambios, desde su matriculación universitaria para estudiar psicología a su maternidad reciente. “Quiero ser mamá, cantante, actriz e ir a la universidad, pero sí, tengo una mancha en la camisa, avena en el pelo y me siento como un desastre. Pero estoy aquí, haciéndolo. El disco trata de perseguir tus pasiones”, explica la estadounidense, que compuso las diez canciones “en tiempo robado entre una miríada de esfuerzos”.

Sus canciones nuevas, compuestas estando embarazada, están lejos del sonido habitual de Van Etten tras su trabajo compartido en varios estudios de Los Ángeles con el productor John Congleton. “Me sentía abrumada, necesitaba trabajar con un productor y él me dio la perspectiva que necesitaba”, dice Sharon, que reconoce que Congleton “se emocionó” cuando ella le dio como ejemplos a seguir la discografía del dúo Suicide, Portishead y la última etapa de Nick Cave, especialmente Skeleton tree, dedicado a cerrar las heridas por la muerte de uno de los hijos del australiano.

El disco, cuyo título remite irónicamente a las actualizaciones de aviso de la agenda del ordenador, que no puso al día en meses por su maternidad, va a constituir “un reto para la gente, en el buen sentido”. Y es que Remind me tomorrow, que cuenta con colaboraciones de la habitual Heather Woods Broderick y miembros de Xiu Xiu, Last Shadow Puppets, REM, Redd Kross, Guster y Warpaint, abandona las guitarras para decantarse por el piano y los sintetizadores.

Al igual que hizo Cat Power (Chan Marshall y Sharon parecen que se alimentaron del mismo biberón) con Sun, Van Ettel se ha pasado a la música sintetizada. Eso sí, sin renegar de su acercamiento honesto y sutil a las pasiones del amor y sus anhelos, aunque de manera más oscura ante las dudas y temores de una madre sobre el mundo actual. “Trato de ser positiva. Hay una lágrima brotando en la parte posterior de mi ojo mientras canto estas canciones de amor”, explica.

Carga emocional La inicial I told you everything anuncia el cambio con su solemnidad, un ritmo entrecortado y un timbre que evoca al de Mimi Parker cuando coge el micrófono en Low. La pátina electrónica se desata en la marcial y espectacular No one’s easy to love, en la que persisten las melodías estimulantes de siempre, como prueban singles como Comeback kid (remite a PJ Harvey y suena accesible y rítmica) o Seventeen, su “carta de amor a Nueva York”, vista desde la nostalgia de sus 17 años, en la que canta “solía sentirme libre/¿era solo un sueño?”, entre un mar de sintetizadores.

Más amenazadoras suenan Memorial Day, un Hands casi lúgubre, cruce de Harvey y el trip hop, con las únicas guitarras claras del álbum, o la melancólica Stay, con su aroma bristoliano. You shadow suena casi hip hop, Malibu se nos muestra como una balada sombría al piano con picos ruidistas que la alejan de la soleada imagen del título y Jupiter 4, cuyo título evoca el nombre de un sintetizador, aglutina electrónica y el anhelo de amor cuando ella canta “mi amor es real/te he estado buscando y esperando toda, toda mi vida”. Con todo, tan sorprendente como emocionante.