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Indispensables piezas del puzle

El Euskalduna presenta hoy la obra ‘Fidelio’, de Ludwig Van Beethoven, en la que participan una veintena de figurantes, en los papeles de presos y soldados

Indispensables piezas del puzleOskar González

DELINEANTES, administrativos, actores? todos son parte de la ópera. Juntos, forman parte de multitud de escenas junto a grandes operistas, llevando a cabo cada paso de la coreografía que les corresponde. Ellos son los figurantes, los grandes desconocidos de la ópera -y también del teatro-, pero no por ello una pieza menos importante del puzle que conforma cada obra.

Los figurantes de la ABAO son una parte fundamental de la obra Fidelio, que se presenta en el Euskalduna hoy y realizará el resto de funciones los próximos días 27 y 30, y la última, el 3 de diciembre. Manuel Repisu es uno de ellos. Lleva veinte años formando parte de la figuración de multitud de funciones de ópera, la mitad de su vida. Aunque confiesa que no es aficionado a las mismas, disfruta muchísimo siendo partícipe de ellas. “Aunque musicalmente no te guste, estar dentro actuando es muy divertido. Por eso he seguido durante tantos años”.

Aunque podría pensarse que estar sobre el escenario es sinónimo de ser actor o cantante, no es el caso de la mayoría de ellos. De hecho, algunos confiesan que ni siquiera son aficionados a la ópera. Otros sin embargo, como Oier Egaña y Alex Rodríguez, han comenzado a admirar las obras de grandes autores a partir de formar parte de ellas. Alex cumple 9 años encima de los escenarios y suma más de 25 óperas en sus bolsillos, al igual que Oier que ronda las 20 funciones a lo largo de sus 8 años de experiencia como “extra”. Aunque admiten que “si el ambiente es bueno da igual que la ópera te guste más o menos”, y es que es ahí donde reside el encanto de la figuración.

Por otro lado, José, Oier y Sergio sí que se dedican al mundo actoral, aunque no tienen expectativas de futuro de formar parte del elenco principal de ópera, y es que para ello es necesario saber cantar. José Tello ha participado en multitud de funciones de ópera durante muchísimos años, aunque llevaba seis años de ausencia encima de los escenarios. Por eso, tras echar de menos formar parte de obras de grandes autores como Bach, Puccini, Verdi? ha vuelto al Euskalduna, para formar parte de una de las más importantes obras, como lo es Fidelio, de Ludwig Van Beethoven, encarnando así a uno de los presos de la cárcel. Oier por su parte, tiene formación actoral, característica destacable para formar parte de la ópera, que cada vez requiere más actuación, y que le permitió formar parte de una obra encarnando a un esgrimista. “Debido a mi preparación puedo representar papeles que de otra manera no podría”, asegura. Al igual que Sergio Pozo, miembro de las Fellini, que tras dar sus primeros pasos en el coro ahora forma parte de la figuración. Todos son polifacéticos, además de dedicarse a sus oficios, todos ellos sacan tiempo para realizar lo que el director de la obra les manda, y están siempre dispuestos a dar lo mejor de ellos en cada escena.

“Hay muchísimo más trabajo detrás de lo que se ve en escena”, asegura Oier, que además destaca que “a veces se ve como un solo bulto, y se cree que es el coro el que está en escena todo el rato”. Pero como asegura Iñaki Pérez, “en todo el escalafón de los que estamos somos los menos valorados, aunque tenemos una cierta relevancia en las escenas. La gente se fija más en los cantantes, lo cual es lógico, pero nosotros también ayudamos a crear escenas que de otra manera quedarían cojas. Sin el ambiente de los figurantes sería imposible. A veces, el coro suple esas carencias, pero el peso de ciertas acciones recae sobre todo en la figuración”. Y es que como asegura Gotzon, “todas las piezas son importantes”, detalle que él como espectador ocasional de la grandes obras de la ópera, aprecia, ya que admite que se fija en todos los personajes que salen a escena.

“He hecho incontables óperas. Soy espectador de ópera, y quería vivirlo desde dentro. Una vez que entras te atrapa”, admite Iñaki Pérez. “Al principio era un hobbie pero es un hobbie que te atrapa. La escena de la piedra es muy larga, no es solo estar en una posición estática como en otras ocasiones. Está muy coreografiada, muy precisa en los movimientos. Tiene bastante peso”.

Además, la mayoría de ellos son figuras habituales de las obras de la ABAO, y suelen coincidir. Como Oier destaca: “Siempre nos llaman a los mismos porque somos serios y trabajamos bien. Estamos encantados de poder ayudar”.

“La gente no se fija en los figurantes, solo en coro y personajes principales”, asegura Oier, figurante que encarna a un preso de la cárcel que es el lugar en torno al que gira la historia de Fidelio. Los presos, entre los que hay coristas pero también 20 figurantes, ayudan a crear un ambiente para que el público sienta estar viviendo la situación del encarcelamiento. Además, a diferencia de otras ocasiones que solo tienen la obligación de estar en posición estática, tienen su papel estrella en el momento de la piedra. Que como confiesa Iñaki Pérez es un momento muy importante de la obra donde ellos también participan.

La coreografía requiere su ensayo, y es precisamente lo que llevan haciendo desde hace semanas, y que el miércoles llevaron a cabo en presencia del público. Esa es una de las diferencias entre la figuración de hace veinte años y ahora. Su papel se ha “profesionalizado” como destaca Manuel, ya que aunque “económicamente no ha habido ninguna evolución, ni espera que la haya”, ahora tienen contrato y trabajan en torno a un horario de ensayos, “hace veinte años no sabías ni a qué hora ibas a volver a casa”. Aun así, asegura que en lugares como París la figuración está mucho más valorada e incluso pueden vivir de ello, ya que son semiprofesionales, aquí sin embargo “es un extra, un hobbie”. “Cuando la gente se quedaba en paro hacían eso”. Aunque Oier también destaca que el nivel de exigencia de los franceses no es el mismo, en ese caso los figurantes “sufren” una exigencia mucho mayor.

A escena Tras ponerse a punto entre bambalinas, rasgar ropas, maquillar todos sus cuerpos para introducir ese punto “sucio” de sus personajes de presos, los figurantes reciben el aviso de bajar a los ensayos, el momento de presentar ante el público sus coreografias pautadas.

Cuando comienza la ópera, forman parte de ella como cualquiera de los cantantes? Los José, Oier, Manuel... empiezan a salir desde la penumbra, siempre en un segundo plano, pero siempre en escena, ejecutando cada paso de la coreografía al son de los compases de la BOS.

Hoy será además el primer día que presenten esta obra en el Euskalduna, y no será cualquier función, ya que la ABAO cumple ya 1.000 funciones al frente de las más exitosas óperas de los últimos años, en las que han congregado a miles de personas que han disfrutado de sus operistas, trabajo de técnicos, directores, maquilladores, bandas de música y? figurantes.