BILBAO. ¿Qué tiene de especial la música de Bohemia?
-Este año el tema es más acotado, ya que compositores como Mozart tienen una gran cantidad de repertorio y cientos de sinfonías famosas. En esta ocasión el repertorio es más reducido, más concreto. Quizás la melodía más famosa sea la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Dvorak. Lo que es más complicado para las agrupaciones es encontrar algo de música de los autores de esta región.
¿Cómo han preparado el concierto del próximo domingo?
-De la manera habitual, pero centrándonos más en concreto en la partitura del Vals para cuerdas. Son festivales monotemáticos y por ello hemos buscado un tema que se adecuara a nuestra formación. Creo que estamos preparados para ofrecer recitales y Musika-Música es un concierto especial, porque salimos del conservatorio y nos enfrentamos a un público más abierto de lo usual.
También supone una oportunidad para sus alumnos.
-Participan como agrupación, y por eso creo no les tensa tanto y van más tranquilos. Musika-Música es una buena oportunidad por todo lo que conlleva. Es todo un maratón de música que tiene muchas posibilidades.
¿Cómo se estimula a los jóvenes para que se acerquen a la música clásica?
-Tengo suerte porque a este conservatorio los alumnos que vienen tienen cierta vocación. Lo que es cierto es que el centro es una pequeña isla dentro de todo el mundo de la música con respecto a las otras melodías que pueden escuchar en las radios, Youtube y distintas plataformas. Les suelo explicar que este es el mejor sitio para aprender música, donde más a fondo van a aprender. Les ofrece la posibilidad de relacionar la música clásica con los demás estilos gracias a los conocimiento de acordes y armonías. Después, entender las canciones de artistas como Adele o Beyoncé es muy sencillo porque todo está conectado. Lo que intento es que lo que aprenden aquí les sirva para entender el resto de música.