Paseo verde para descubrir y gozar de Amoroto
entre el monte y el mar, cuenta con un rico patrimonio religioso e industrial, rutas, y múltiples cuevas y caseríos
aMOROTO, sito entre las comarcas de Lea Ibarra y Lea Artibai, es un destino atractivo y desconocido dada su escasa población, inferior a los 200 habitantes. Ubicada en el monte y cerca de la costa, la localidad vizcaina ofrece múltiples caseríos, rutas, cuevas y un vasto y rico patrimonio religioso e industrial.
En pleno monte pero a solo seis kilómetros del mar de Lekeitio, conviene reparar en Amoroto en los viajes por la costa o a la también cercana Markina. El centro de la localidad se ubica en el Elexalde, pulmón local que acoge la plaza, el Ayuntamiento, la iglesia o el frontón con un probadero.
Resulta obligado disfrutar de los múltiples ejemplos de caseríos de Amoroto, la mayoría elegantes, bien cuidados y símbolo de la actividad agrícola del pueblo. La mayoría provienen de los siglos XVIII y XIX, y en su recorrido se puede disfrutar de diferentes estilos, del barroco al neoclásico y popular.
Su patrimonio religioso también merece una visita, empezando por la parroquia gótica-barroca de San Martín, cuya construcción se inició en el siglo XV y fue una ermita en origen. Como las coquetas de San Miguel, en Elexalde, y la de Santa Bárbara, desde la que se divisa un paisaje espectacular. Además, destacan su cementerio y sus cruces y crucifijos, levantados como símbolos para comunicar los barrios de Elexalde, Urrutia, Ugaran y Odiaga.
Consecuencia de la actividad agrícola y ganadera de Amoroto, los molinos siempre han tenido una importancia vital en el pueblo. Y, en mejor o peor estado, todavía se pueden visitar, como los de Arminerrota (en ruinas), Bolu (arca en su entrada) o Errotabarri (hoy baserri). Finalmente, aprovechando la ruta por el monte Santa Eufemi se pueden visitar las cuevas de Pepetxo, Errekas y Abitxa. Aunque no se encontraron restos humanos en todas, son importantes sus vestigios arqueológicos.