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Caprichos con forma de ‘lobster roll’ para un picoteo de lujo

El sandwich de bogavante es la especialidad de la casa, que tienta con una oferta ‘diferente’ en Ledesma

Caprichos con forma de ‘lobster roll’ para un picoteo de lujo

EN la calle Ledesma, ir de picoteo tiene un atractivo añadido desde la apertura del 18 Lobster Bar el pasado mes de mayo. Allí, una coqueta marisquería, al estilo de los bistró parisinos, tienta con caprichos como el lobster roll o sandwich de bogavante. Es la especialidad de la casa y puede tomarse caliente o frío. Ambos se sirven acompañados de un pan brioche especial, con patatas y ensalada, además de la salsa correspondiente en cada caso.

Con estos productos, a base de bogavante europeo y canadiense, que pueden tomarse como menú, el cliente encuentra en sus mesas una oferta diferente a la tradicional, que completan con todo un surtido de marisco, desde zamburiñas, carabineros, langosta y percebes a gambas. En barra ofrecen incluso gildas, croquetas y empanadillas de bogavante.

El 18 Lobster Bar tiene carta como un restaurante el uso, basada en marisco, con diversos platos en los que es protagonista el bogavante. No obstante, para quienes prefieren la carne, hay hamburguesas y entrecot.

Para acompañar como se merecen los caprichos en forma de marisco, su bodega se surte en gran medida de vinos blancos, como godellos, txakolis, verdejos, chardonnay... que combinan bien con estas delicias marinas. Entre los tintos, la oferta la protagonizan los Rioja y Ribera. Tienen incluso un tinto Lobster, que combina garnacha con tempranillo. Y como no podía faltar cuando se trata de lujos para el paladar, también champagne y cavas a pedir de boca.

Su clientela es en su mayoría gente de mediana edad que gusta disfrutar del ambiente de Ledesma durante su tiempo de ocio sin renunciar a estos placeres gastronómicos con sabor a mar. Y ello tanto en su comedor, para 30 comensales, como en las mesas junto a la barra o en la terraza.