BILBAO. En el exterior del museo bilbaino, varios de los educadores se han vestido con sábanas simulando al "fantasma" de la precariedad. Posteriormente, han explicado que no hay ningún avance en el conflicto, ya que la empresa no se ha puesto en contacto con ellos desde que el pasado día 30 fue la última reunión.
Por su parte, ayer intercambiaron un correo electrónico con una responsable de recursos humanos del museo, en le que ésta "no se comprometió a nada", según han dicho hoy los trabajadores. Ante esa "inacción" ha decidido continuar con las convocatorias de paro pendientes, los días 23, 26 y 30 de agosto y el 1 de septiembre.
Además, han alertado de que si sigue la falta de respuesta se plantearán convocar una huelga indefinida. No obstante, han expresado también su disposición a desconvocar estas movilizaciones, "siempre y cuando exista una garantía real de subrogación y de reconocimiento de la categoría profesional exigida".
El origen del conflicto está en que el actual contrato de servicio de Manpower con el Guggenheim Bilbao, iniciado en 2014, concluye el próximo 30 de septiembre y hay que convocar un nuevo concurso para licitarlo otra vez.
Los educadores quieren garantías de que sus puestos de trabajo van a ser subrogados al nuevo adjudicatario, es decir, que van a tener continuidad.
Además de la estabilidad, demandan una mejora de sus condiciones laborales, ya que consideran que realizan trabajos "con una alta cualificación profesional a precio de trabajador no cualificado".
Entre otras tareas, se encargan de las visitas comentadas para escolares y adultos, sesiones de formación de docentes, programas para familias y orientación en sala.
Según los trabajadores, la empresa les trasladó que no puede atender sus demandas de mejoras salariales y laborales si no se modifican las condiciones económicas en las que el Museo bilbaíno licita el servicio.
Los trabajadores afectados escribieron a las instituciones propietarias del museo -Gobierno vasco, Diputación de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao- y el único que les ha contestado ha sido el alcalde, Juan María Aburto, sugiriéndoles que se dirijan a la dirección del museo.