La Torre Iberdrola alberga una exposición de arte contemporáneo
‘Variaciones sobre tema mexicano’, selección heterogénea que agrupa 130 piezas de pintura, objetos, instalaciones, fotografías, libro y cine
LA Torre Iberdrola de Bilbao alberga una muestra cargada de conexiones, resonancias y matices. En esta ocasión, el guion señala a México, a su historia y a su arte, “cuestiones indisolubles”, a juicio del comisario de la exposición, Guillermo Paneque. Necesariamente, el artista sevillano ha tenido que acotar, tal era la envergadura del encargo. “Abarcar México en una muestra es imposible, así que opté por hacer una selección personal”, aclara Paneque, quien reconoce que durante estos últimos meses ha completado un “máster en arte mexicano”. “La experiencia ha sido dura pero muy agradecida”, añade.
Para arrancar, el comisario se aferró a un libro, Variaciones sobre tema mexicano, de Luis Cernuda, un diario de viaje lírico y difícil de clasificar donde el escritor sevillano conforma una amalgama de textos personales y evocadores. Del mismo modo, Variaciones agrupa una selección de 130 piezas de pintura, objetos, instalaciones, fotografías, libro, cine y vídeo llegadas, sobre todo, de los centros mexicanos Museo Nacional de Arte y Museo del Estanquillo, además de contar con préstamos singulares de colecciones privadas. También han colaborado el Museo de América y el Museo Arqueológico Nacional; obras de la Fundación Arco; piezas del Musac de León; y creaciones que forman parte de la colección Meana Larrucea. La selección, variada y estimulante, también cuenta con obras de la propia colección de Iberdrola.
Todo está en su sitio, menos una pieza. Un cubo de Julieta Aranda que se colocará el lunes, en el recibidor de la sede de Iberdrola. “Un artefacto, casi funerario”, avisan.
visión abierta La exposición muestra una visión global y abierta de México como hilo conductor de una composición heterodoxa de obras de distintos artistas de diferentes generaciones, creadas en diversos periodos, “con enfoques desde dentro y desde fuera de este país”, a través de obras de cineastas como Carlos Reygadas, Luis Buñuel, Gabriel Figueroa y Alfredo Robert; fotografías de Tina Modotti y Gabriel Orozco; vídeos de Edgardo Aragón, Mario García Torres, Chantal Peñalosa; y piezas de Damián Ortega, Julieta Aranda, entre otras. Un magma que fluye, según confirma el comisario: “No es una exposición fácil, pero tampoco es difícil. Las piezas se relacionan y crean conexiones entre sí, pero se trata de que el visitante complete la narración”. “Variaciones es un proyecto que pretende instaurar una ficción dentro de otra -explica Paneque-; se trata de una selección de obras y relatos visuales de México a través del tiempo, confrontadas a una visión relacionada con una nación emblemática y a un socorrido imaginario que va de lo precolombino a lo folclórico”.
Articulada en una serie de celdas o capítulos visuales, presente y pasado de México dialogan y se confrontan “completando una especie de novela visual” donde los estereotipos se intuyen. “Los estereotipos están bien y es inevitable que aparezcan -reconoce Paneque-, pero he querido mostrar algo más para salir de esas ficciones encorsetadas que tenemos sobre México”.
La muestra se ha estructurado en base a varios ejes: “He apostado por un acercamiento a prácticas que revisan la idea del ritual como catalizador para experiencias de transformación y que interrogan el mito como una serie de creencias que sostienen nuestras estructuras sociales”, abunda el comisario. “También se trata de una aproximación biográfica a los objetos. Me gusta la idea del objeto redimido, me interesa la biografía de los mismos, no como entidades cerradas, sino como piezas que responden a causas, a historias y narrativas que dan lugar a resultados. Por eso quise incluir piezas que a priori podrían no estar consideradas como artísticas”, describe, apuntando hacia objetos de artesanía.
Pero, curiosamente, el primer escalón del proyecto no fue un objeto, sino una película de 16 mm del artista danés Joachim Koester. “Ahí comenzó todo, y poco a poco las ideas se fueron entrelazando y fueron surgiendo piezas distintas”, desvela el artista andaluz.
Un magnífico libro compila todo el trabajo de rastreo y reflexión bajo el título de México, ensayo de un mito. Un trabajo más que también se exhibe en la planta 25 del edificio. Allí, las obras compiten con el paisaje, que descubre una ciudad distante, mecida en su propio gris.