bilbao - El compositor y cantante extremeño Manolo Tena falleció ayer en Madrid a los 64 años, según confirmó la SGAE, entidad de la que fue uno de sus miembros directivos. “Enorme pena al tener que confirmar la noticia”, expresaron desde la sociedad de autores sobre el fallecimiento, al parecer a causa de un cáncer de hígado, de un músico que antes de lograr el éxito en solitario en los años 90 con canciones como Sangre española, pasó por grupos roqueros como Cucharada y Alarma!!!
La particular y carrasposa voz de Manolo Tena se quedó ayer en silencio. Aquella que combinó el rollo del rock urbano con ironía, frivolidad y teatralidad a finales de los 70 en el seno del grupo Cucharada, que dejó gemas como Social peligrosidad, Quiero bailar rock’n’roll y No soy formal, antes de liderar Alarma!!!, un grupo a caballo entre el pop y el rock, a lo The Police, que discurrió paralelo a la Movida madrileña (sin formar nunca parte de ella) y dejó clásicos como Marilyn y, sobre todo, Frío, una poética canción centrada en las sensaciones de los estupefacientes y versionada por El Drogas.
La época de gloria comercial de Tena, que compuso para Miguel Ríos, Luz Casal, Ana Belén o Los Secretos, entre otros, fue la década de los 90, gracias al éxito de canciones como Sangre española, Tocar madera -en la que bebió del soul-, y Qué te pasa (la de la moto estropeada), con un guiño evidente a All that heaven will allow, de Springsteen. Su discografía se vio siempre mediatizada por su precaria salud y su dependencia de las drogas, que hizo pasar desapercibidos discos como Las mentiras del viento, Insólito o Canciones nuevas.
El último trabajo de este músico, marcado por la fatalidad, tímido, amante de la poesía y falto de autoestima, fue Casualidades, editado el año pasado y que incluía grandes temas como Opiniones de un payaso y el optimista bolero La vida por delante. Su última aparición pública fue en el programa televisivo A mi manera, este 2016, junto a otros músicos veteranos como Nacho García Vega, Mikel Erentxun o Antonio Carmona. Las canciones interpretadas en el programa son su última contribución a la música, un agarradero que veía como “salvación a mis infiernos”.