bilbao- Canalla en el libro de Julia Navarro es quien no se arrepiente de sus errores, los volvería a repetir. Es la persona que utiliza a la gente como atrezzo y no repara en pisar su cabeza. Para Julia Navarro, el canalla de su libro representa a un prototipo de hombre que brilla, que sale en televisión y maneja los hilos de la política y la economía. Esta es la historia de Thomas Spencer, un malvado convencido y satisfecho.

Más de ochocientas páginas para contar canalladas.

-Ochocientas sesenta y tres; estas páginas cuentan las canalladas del prototipo de otros hombres.

¿Más canalladas ahora que antes?

-Las ha habido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Lo que ocurre es que ahora a los canallas los conocemos más: están ahí, salen en los informativos, los vemos en los periódicos. Quería hacer un retrato de lo que es la sociedad de hoy.

Thomas Spencer, su protagonista, reúne todas las maldades habidas y por haber.

-Todas no, hay gente que aún puede ser peor. El libro está contado en primera persona y resulta más duro. El lector descubre desde la primera línea que el personaje es un canalla, él lo confiesa. Es un libro duro, escrito con desgarro, un libro sin concesiones.

¿Se ha encontrado con algún Thomas Spencer en su vida?

-Estamos rodeados de gente como él. La última crisis económica que hemos padecido, que aún padecemos, la han provocado los Thomas Spencer de este mundo. Los canallas son capaces de despedir a los trabajadores mientras ellos cobran un bonus estupendo y un plan de pensiones millonario, son los Spencer de nuestra vida; los que cierran la frontera a todos esos millones de refugiados que huyen de las guerras e intentan llegar a Europa?

Según usted, están en todos lados.

-Hay muchos, es gente que no empatiza con nadie; mire a su alrededor, no están lejos, se lo aseguro.

¿Solo hombres? ¿Las mujeres no somos tan canallas?

-Hombres mayoritariamente; las riendas del poder siguen estando en manos de los hombres. Las mujeres nos hemos ido incorporando a los puestos de mando pero todavía no estamos en la cúspide; pero alguna mujer sí que hay responsable de las cosas que están pasando; aún así, el mundo sigue en manos de los hombres, para qué negarlo.

¿Estos canallas están a la sombra o se dejan ver públicamente?

-Mueven los hilos de la sociedad y a veces mueven también los hilos de los políticos, defienden intereses. No hay que ir muy lejos, los lobbies, una figura reconocida y regulada. Son empresas que intentan influir en los políticos en pro de intereses que a veces no tienen nada que ver con el interés común, sino con el interés particular de una compañía.

¿Ajenos a cualquier sentimiento?

-El canalla es el egoísta extremo, la persona para la que los demás son solamente atrezzo, cabezas a las que ir pisando para conseguir sus fines. Es gente que tiene desprecio hacia los demás, para el canalla los demás no existimos.

Según su historia, la maldad en el canalla Thomas Spencer comienza desde niño. ¿Nacen predestinados los canallas?

-En éste anida un rencor porque se le mezcla un problema de identidad. Pertenece a una familia norteamericana blanca, de origen anglosajón, acomodada y con dinero; los que están en el vértice del poder en Estados Unidos.

Lo tiene todo.

-Sí, pero cuando se mira al espejo ve reflejada la herencia genética por parte de madre; su abuelo materno es hispano. Él ha heredado los rasgos hispanos, siente odio hacia su madre porque él no es como son los chicos de su clase social. Tiene la piel más oscura, los ojos no son claros, el pelo es negro; eso le hace sentirse diferente y le provoca un resentimiento hacia su madre que marcará su relación con las mujeres el resto de su vida.

Soy un canalla y no me arrepiento. Es su declaración de intenciones cuando cree que está cercano a la muerte, escalofriante conclusión de una vida.

-Tiene atisbos de conciencia y es capaz de distinguir perfectamente el bien del mal. Es capaz de ver cómo hubiera sido la vida de los otros si él hubiera jugado de otra forma. Lo que viene a decir es que no se arrepiente de nada. Es una frase que yo he oído muchas veces.

Se repite mucho, pero más bien es una frase dicha sin reflexionar.

-Esa frase denota la personalidad de un soberbio, de alguien terriblemente egoísta. Estamos rodeados, pero no solamente de la gente que mueve los grandes hilos, sino también de gente que está al lado nuestro, en nuestro trabajo o en nuestro ámbito familiar. Yo sí me arrepiento de cosas, si pudiera dar marcha atrás cambiaría cosas de mi vida.