Bilbao - El festival Musika-Música puso ayer el broche final a un fin de semana en el que Bilbao se ha convertido en el epicentro de la música clásica con 75 conciertos, charlas, mesas redondas y talleres para los más pequeños.
La bella melodía de El sueño de una noche de verano, de Felix Mendelssohn, sirvió como emocionada despedida a tres días en los que tanto solistas y orquestas de talla mundial como jóvenes estudiantes de música hicieron disfrutar al público bilbaino sobre las tablas del Palacio Euskalduna.
Bajo la batuta del alemán Christoph Spering, la mezzosoprano Teresa Berganza se encargó de poner voz a esta célebre composición musical de Mendelssohn, inspirada en la obra de William Shakespeare. Sobre el escenario estuvo acompañada por la soprano Teuscher y la mezzosoprano Vogel, además de por las voces de la Coral de Bilbao y del Chorus Musicus Köln de Colonia.
La música no cesó durante toda la jornada en el Euskalduna, donde se celebraron un total de 26 actuaciones y donde el ir y venir de espectadores fue constante. Por la mañana, los protagonistas en el Auditorio Odisea fueron el Oratorio Elías, de Mendelssohn, y el poema sinfónico Una vida de Héroe, de Strauss, interpretado por la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias.
También se pudo escuchar, entre otros muchos artistas, el violonchelo de Asier Polo, el violín de Massimo Spadano o el piano de Marta Zabaleta, quienes se centraron en la música de Schubert y Mendelssohn. La Camerata Royal Concertgebouw Orchestra, de Ámsterdam, la Real Filharmonía de Galicia o la Orquesta Ciudad de Granada fueron otros de los invitados del día.
Organizada por la Fundación Bilbao 700, la edición de este año se ha centrado en cuatro autores del romanticismo: Schubert, Mendelssohn, Wagner y Strauss. - DEIA