donostia - Desde una Barbie sirena, hasta documentos que muestran las duras condiciones de vida de las mujeres del mar de hace un siglo, la exposición Las mujeres y el mar del Museo Naval recorre la “profunda relación” que han tenido las mujeres con el mar a lo largo de la historia y abarca tanto las labores de pesca como la mitología o los deportes. Esta muestra surge de una colaboración con Donostia 2016 y estará abierta hasta el 19 de noviembre. “Hemos tratado el tema de la mujer, pero nunca de manera monográfica, así que hemos decidido darle el reconocimiento que merece”, apuntó ayer Soco Romano, directora del Museo Naval. Por su parte, Pablo Berástegui, director general de Donostia 2016, aseguró que esta exposición “juega un papel importante, porque ayuda a confrontar estereotipos”.
El visitante del museo se sorprenderá cuando entre y se encuentre con un gran dibujo de Elena Odriozola, quien se ha encargado de ilustrar los paneles que distinguen las distintas secciones temáticas del proyecto. La planta baja acoge las piezas dedicadas a lo mitológico y a las creencias. Las sirenas aportan el lado mágico y se pueden ver distintas iconografías de este personaje mitológico. “Hemos querido incluir desde las nereidas, que son la representación clásica, hasta otras más monstruosas”, aseguró José María Unsain, comisario de la exposición, quien mostró una gran figura llamada Gyojin, que un realizador japonés trajo a una exposición de la Semana de Terror. Pero también se pueden observar otro tipo de piezas, como una antigua cerámica holandesa que se encontró en Donostia, en el fondo del mar.
Por otro lado, las vírgenes también tienen su lugar como, por ejemplo, en un cuadro de la parroquia de Deba que se creó para pedirle a la virgen que un barco no naufragara. También hay distintas estampas y escapularios. En cuanto a las brujas, mujeres que eran condenadas por desatar tormentas, hay distintos cuadros, como la ilustración de José Luis Landa para el libro Sorginak, de Toti Martínez de Lezea.
En la exposición no faltan las mujeres pioneras como Guillerma Iturriza, armadora de los últimos barcos de Donostia. También se puede ver la pintura La monja alférez, donde aparece Catalina de Erauso vestida de hombre. Por último, la planta baja acoge las referencias que hay de piratas y corsarios, con distintas iconografías, imágenes de cómic y carteles de películas.
Cuando el visitante suba las escaleras, podrá acceder a la parte “más seria” de la muestra, dedicada sobre todo a los oficios del mar. Se puede observar un audiovisual sobre las bateleras de Estocolmo y un libro de Bretón de los Herreros sobre las de Pasaia. Además, también hay varias pinturas sobre las sirgueras que había en Bilbao, al lado de una figura de Dora Salazar, dedicada a estas mujeres. Los amantes de las imágenes antiguas disfrutarán con las fotografías de las cargueras de bacalao, de finales del siglo XIX y principios del XX. En cuanto a la pintura, también se puede observar Mariscadoras en el Abra, de Antonio Mª Lekuona, entre otras obras.
Además, la exposición contempla la parte lúdica, pues muestra imágenes de baños en las playas donostiarras y “los problemas que tenían en cuanto a la vestimenta”; y concluye con las fotografías de las mujeres practicando distintos deportes del mar, como el remo, la vela o el surf.