EN la casita de Sabino se da de comer y beber, sin florituras, pero siempre a base de género de calidad, como explica el propio Sabino Lekanda, propietario del negocio y curtido en materia hostelera. Con el mismo sabor que caracteriza a sus otros establecimientos, ubicados en la calle Lutxana de Bilbao y en Barakaldo, acaba de abrir un nuevo local en pleno centro de la capital vizcaina, concretamente en la calle Henao,3.

A Sabino no le gusta referirse a sus establecimientos hosteleros como restaurantes, sino que reivindica para su modelo de negocio el carácter de las bodeguillas de antaño, “las de toda la vida”, como él dice.

En la cocina, su mujer, Laura Gómez, maneja con mimo cada joya marina que luego podrá saborearse en sus mesas, a las que llegan pescados y mariscos frescos, embutidos y quesos, como estrellas de su oferta gastronómica.

Para acompañarlos, dispone de una surtida bodega en la que abundan los vinos blancos, txakoli, verdejos, somontanos, cavas, champagne... Todo trabajado con buen gusto y además... a un precio interesante.

La atención al cliente por parte de su equipo de profesionales es otro de los pilares de La Casita de Sabino, que le están dando fama. Ello unido a la frescura de sus productos. Si bien, con todo, su elaboración al momento es para Sabino uno de los fundamentos de ese éxito.

El nuevo local de la capital vizcaina es más espacioso que el de la calle Lutxana -ya de nuevo en funcionamiento- que dio a conocer el buen hacer de Sabino en Bilbao. En sus 250m2 acoge hasta 70 comensales. Allí sirven comidas de martes a domingo y cenas de miércoles a sábado. Así que si se tercia un capricho asequible a base de marisco de Galicia, Cádiz, Francia, Portugal... o un pescado recién traído de la costa vasca, gallega o de Tarifa, o bien un picoteo rico, rico... en el ambiente marinero de La Casita de Sabino te esperan dispuestos a hacerte sentir, como su propio nombre indica, como en casa.