EL artista neoyorquino, mitad haitiano, mitad portorriqueño, pasó de vagabundear en las calles, donde vendía sus camisetas y cromos artesanales, a ser más famoso que Andy Warhol. El legendario currículo de Basquiat evoca parte de su experiencia existencial. A los cuatro años ya sabía leer y escribir y a los 11 hablaba perfectamente inglés, francés y español. Con 16 años empezó a pintar grafitis. A los 18 ya salía en televisión. Su originalidad y transgresión le ganó un hueco en el Olimpo de los ochenta, donde se hizo amigo de Warhol, trabajó con David Bowie e incluso llegó a salir con Madonna.

Su agitada vida le convirtió también en protagonista de algunas producciones cinematográficas como la que dirigió su amigo, el artista Julián Schnabel. El reparto de Basquiat (1996) está integrado por el actor Jeffrey Wright, quien interpreta a Basquiat, mientras que David Bowie hace el papel de su amigo y mentor Andy Warhol. También intervienen Gary Oldman, Dennis Hopper, Courtney Love y Benicio del Toro, entre otros.

El filme arranca con una escena de Basquiat, cuando era niño, contemplando el Guernica, de Picasso, en el MoMa de Nueva York, junto a su madre. Poco a poco, Schnabel va dibujando al Basquiat de los años setenta, un desconocido grafitero que volcaba sobre las paredes del Soho su carácter rebelde, insatisfecho, pero con una gran carga filosófica. Basquiat dormía en una caja de cartón en un parque de la ciudad, a pesar de que pertenecía a la clase media alta - su padre era un contable con buenos ingresos y su madre una diseñadora gráfica- , pero él optó por la calle tras ser expulsado de varios colegios, aunque seguía en contacto con su familia. Se veía con su padre, y con su madre, ingresada en un sanatorio psiquiátrico, a la que iba a visitar a menudo.

El filme relata su encuentro con Gina, una camarera con la que mantuvo una intensa relación sentimental, sus comienzos trabajando en una galería de arte colgando cuadros y sobre todo, sus deseos y sus prisas por llegar y darse a conocer. “¿Qué hay que hacer para ser famoso?”, le pregunta Basquiat a su amigo Benny (papel interpretado por Benicio del Toro). ¿Como músico o como pintor?, le contesta Benny. Y Basquiat lo deja muy claro: “Famoso”.

Schnabel recrea algunos de los grafitis que en aquella época Basquiat firmaba como SAMO, Same Old Shit (la misma vieja mierda). En el filme se relata su primer encuentro con Warhol, al que le vendió dos pequeñas pinturas - “arte ignorante estúpido y cutre, como el propio Jean Michael lo denominó- a diez dólares. El momento en que conoce en un bar al crítico René Ricard, que queda fascinado con su obra y le promete convertirle en una estrella; el encuentro con la galerista Annina Nosei, quien le consigue un taller para realizar su primera exposición individual. “No era un artista de grafiti. Escribía poesías sobre el muro, pero no tenía nada que ver con los grafiteros del Bronx, que eran de una generación precedente. Su lenguaje pictórico era arte moderno del siglo XX en estado puro. Como Picasso o Matisse”, reclama Nosei.

La suerte de Basquiat cambió por completo cuando, en su segunda participación en una muestra llamada New York/New Wave, se volvió a encontrar con Andy Warhol, con el que acabaría compartiendo una gran amistad, llegando incluso a pintar juntos. Aquel joven se convirtió casi de la noche a la mañana en una figura mundial. Su éxito y su fama se fueron incrementado a la misma velocidad que avanzaba por la sima peligrosísima de la droga.

Un éxito para el que quizá no estuviera preparado el sensible y frágil pintor. Tanto Schnabel como Tamra Davis, que rodó el documental The radiant child sobre el artista, como Edo Bertoglio en Downtown 81, destacan también sus inseguridades, su rabia vital, su angustia existencial, su carácter autodestructivo, que le acompañaron durante toda su vida, y que intentó superar con la maldita heroína. El 12 de agosto de 1988, como tardaba en bajar, su novia subió a buscarle a su apartamento. Lo encontró muerto, tendido en el suelo, en medio de un charco de vómito. Sobredosis de heroína. Tenía 27 años.

exposición Comisariada por Dieter Buchhart, el museo bilbaino presentará una exposición que promete ser una de las mejores sobre la figura del artista. El público podrá conocer su obra transgresora, articulada en torno a temas como la historia, la identidad o la cultura urbana vinculada al grafiti y al hip hop.

Bajo el título de Jean-Michel Basquiat: Ahora es el momento, la exposición que se podrá ver en Bilbao, organizada por la Art Gallery of Ontario en colaboracio?n con el Museo Guggenheim, incluye un centenar de pinturas de gran formato, dibujos y fotografías procedentes de colecciones privadas y públicas de Europa y Norteamérica. La retrospectiva compartirá museo con las obras de Jeff Koons, al que también conoció Basquiat, y permanecerá en la capital vizcaina hasta el 1 de noviembre.