Ai Weiwei vuelve con éxito a la escena artística china
Se trata de un acontecimiento excepcional, ya que estaba apartado del circuito artístico por enfrentamientos con el régimen comunista
pekín - El artista Ai Weiwei se dio ayer un baño de multitudes en la inauguración de su primera exposición en solitario en China, con la que regresa a la escena artística de su país natal de la que fue apartado por las autoridades hace casi un lustro. La reconstrucción de un templo con más de 400 años de historia de la dinastía Ming fue la elección del polifacético Ai (Pekín, 1957), también famoso por su peculiar activismo político y social, para su debut en una muestra monográfica con su obra en China, puesto que hasta ahora únicamente había participado en exhibiciones colectivas.
Sin embargo, fue su presencia, más que sus trabajos, lo que acaparó la atención en las dos galerías de Pekín, la Continua y la de Arte Contemporáneo Tang, que acogen conjuntamente la exposición que lleva por título su nombre, Ai Weiwei.
El artista, convertido en estrella, recibió el calor de su legión de seguidores, manifestada en forma de ramos de flores, felicitaciones o palabras de ánimo. A cambio, Ai repartió saludos, abrazos, algún que otro beso, y -sobre todo- selfis, centenares de selfis, los que le pedían unos admiradores que se aglomeraban formando una multitud a su alrededor a la espera del turno para sacarse una foto con él.
Esas muestras de afecto se explican, en parte, porque ver al artista paseando entre obras suyas expuestas en Pekín se ha convertido en un acontecimiento excepcional en los últimos años.
Ai, que ganó popularidad en China por su contribución al diseño del estadio olímpico de Pekín (El Nido), quedó apartado del circuito artístico chino hace algo más de cuatro años por sus enfrentamientos con el régimen comunista. Su activismo y sus críticas al Gobierno chino le han valido reconocimiento internacional como artista comprometido, pero también le han costado el oprobio del oficialismo y una privación de libertad, primero, y de movimiento, después. Tras su detención en abril de 2011 en el aeropuerto de la capital china, Ai pasó 81 días detenido por “incitar a la subversión contra el Estado”, pese a que luego fue acusado de varios delitos económicos. A continuación, el artista permaneció un año bajo arresto domiciliario, hasta que en junio de 2012 se le permitió salir de casa. Por eso, durante estos años no ha acudido a las múltiples exhibiciones de su obra que se han realizado en el extranjero. - Efe
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