Poco humor sin sorpresas
La del domingo fue una velada previsible en la que destacaron las actuaciones musicales, los discursos y algún momento de brillantez del presentador Neil Patrick Harris
EN unos Oscar que no pasarán precisamente al recuerdo por la brillantez del humor de Neil Patrick Harris, el presentador de esta 87ª edición, fueron los propios galardonados quienes dieron un paso al frente con reivindicaciones sociales y pusieron la emoción y el nervio de las que adoleció la ceremonia.
La velada, por lo general previsible y en ocasiones incluso aburrida, conseguía así atrapar al espectador gracias a los galardonados y a las actuaciones musicales, protagonistas también de los grandes momentos de la noche. Así, brilló Lady Gaga, que rindió homenaje a Sonrisas y Lágrimas en su 50 aniversario con la presencia de Julie Andrews; y el propio Harris, con Moving Pictures, un número musical donde contó con la colaboración de Anna Kendrick y Jack Black.
Harris no dispuso de mucho tiempo para brillar en su papel de maestro de ceremonias y, tras un par de comentarios certeros sobre la falta de pluralidad entre los nominados, se metió al público en el bolsillo con una imitación de Birdman con la que recorrió en calzoncillos los pasillos del Teatro Dolby.