Una gala de reivindicaciones
Los discursos contra el racismo y la homofobia de los galardonados o las proclamas por la igualdad de la mujer se impusieron en una ceremonia sin sorpresas
Las reivindicaciones sociales se impusieron en la 87ª edición de los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, los Oscar, tras un reparto de galardones previsible y una ceremonia de pocas emociones. Fue la noche de Birdman, la cinta de Alejandro González Iñárritu que se llevó cuatro estatuillas, incluyendo los dos premios gordos de la noche: mejor director y mejor película. El largometraje del mexicano se impuso así a la otra gran favorita, Boyhood, de Richard Linklater, y que se convirtió en la gran derrotada de la noche, al alzarse con tan solo uno de los nueve premios a los que optaba, el de mejor actriz de reparto para Patricia Arquette. Otra triunfadora fue El gran Hotel Budapest, la comedia de Wes Anderson que se hizo con cuatro premios, todos ellos en categorías técnicas.
“A los que viven en México, rezo por que podamos construir el Gobierno que nos merecemos. Y quienes viven en este país (EE.UU.), rezo por que sean tratados con la misma dignidad y respeto que aquellos que vinieron anteriormente y construyeron esta increíble nación de inmigrantes”, señaló Iñárritu, quien dedicó el Oscar de Birdman como mejor película a sus compatriotas mexicanos, a un lado y otro de la frontera estadounidense. Era la tercera ocasión en la que subía al escenario, ya que antes recibió el premio al mejor director y también al mejor guion original. Galardón, este último, que dedicó al protagonista de su película, “al maestro de los maestros, Michael Keaton, por hacer que esta película vuele”.
Una dedicatoria sentida ya que el único trago amargo para Birdman, que también se llevó el Oscar a la mejor fotografía para Emmanuel Lubezki, fue no haber conseguido el premio al mejor actor. Eddie Redmayne se alzó con este galardón por su actuación en La teoría del todo, al imponerse precisamente a Keaton, el otro gran favorito. “Creo que no soy capaz de expresar cómo me siento. Este Oscar pertenece a todos aquellos que se enfrentan al ELA en el mundo, a una familia extraordinaria, los Hawking, os prometo que lo cuidaré bien y le sacaré brillo”, afirmó Redmayne, visiblemente emocionado.
Las reivindicaciones sociales siguieron presentes de la mano de Julianne Moore, quien se llevó la estatuilla a la mejor actriz por su papel de una brillante doctora que enferma de Alzheimer en Siempre Alice, un galardón en el que no hubo sorpresas. “Hay muchas personas enfermas que se sienten marginadas y aisladas que no están solas, que se merecen que hablemos de ellas y busquemos una cura”, señaló la actriz, que dedicó a su premio a su familia y a quienes padecen la enfermedad del olvido.
Tampoco hubo sorpresas con el primer premiado de la ceremonia, J. K. Simmons, que se llevó el Oscar a mejor actor de reparto por Whiplash. Los pronósticos se cumplieron además en el premio a la mejor actriz de reparto, donde Patricia Arquette, la madre de Boyhood y gran favorita, se impuso al resto de nominados y protagonizó uno de los momentos más intensos de la gala. Arquette levantó al patio de butacas al reclamar igualdad en Hollywood y la equiparación de salarios y derechos entre hombres y mujeres. “A todas las mujeres que han dado a luz, pagan sus impuestos y son ciudadanas de esta nación, hemos luchado por los derechos de todos los demás. Es hora de que tengamos igualdad social y salarial en Estados Unidos y en todo el mundo”, proclamó de forma apasionada la artista, mientras sus palabras eran acogidas con una gran ovación, en especial de compañeras de profesión como Meryl Streep -cuyos apasionados gestos encontraron rápido eco en las redes sociales- y Jennifer López.
contra el racismo y la homofobia Lágrimas provocaron las palabras, tan medidas como cautivadoras, del rapero Common tras hacerse con el premio a la mejor canción por Glory, del filme Selma, sobre la vida del activista Martin Luther King. Common hizo alusión al puente de la localidad de Selma que King recorrió durante su célebre marcha contra la discriminación racial. “Ese puente fue un símbolo de una nación dividida, pero ahora es el símbolo del cambio. El espíritu de este puente trasciende la raza, el género, la religión, la orientación sexual y el estatus social”, exclamó el artista. “Este puente se construyó sobre esperanza, se soldó con compasión y se elevó con el amor de todos los seres humanos”, subrayó.
El clímax llegó con el Oscar de Graham Moore, reconocido homosexual, por el guión adaptado de The Imitation Game. “Traté de suicidarme con 16 años y ahora estoy aquí. Quiero aprovechar este momento para dirigirme a ese niño ahí afuera que siente que no encaja en ninguna parte. Sí encajas. Sigue siendo raro. Sigue siendo diferente, y entonces, cuando sea tu turno y estés en mi lugar, pasa el mensaje”, manifestó.
más estatuillas El Oscar a la mejor película de habla no inglesa fue a parar a la polaca Ida. En la categoría de mejor largometraje documental la triunfadora fue Citizenfour, la cinta sobre Edward Snowden dirigida por Laura Poitras. Y el premio al mejor largometraje de animación fue para Big Hero 6, una cinta de Disney, que repite tras vencer el año pasado con Frozen. En cortometrajes, triunfaron The Phone Call (ficción), Crisis Hotline: Veterans Press 1 (documental), y Feast (animación). - Efe/Europa Press