EL bar Alameda sirve con orgullo la esencia del bilbainismo, que rebosa en su barra en forma de sabrosos productos de Bilbao de toda la vida. Su cocina elabora auténticos iconos de la gastronomía de la villa, como las archiconocidas felipadas, el pintxo de antxoa rellena de pisto bilbaino, el de ensaladilla, el tradicional pintxo de gamba con huevo al que llaman bilbainito en honor a Iñaki Azkuna, o el que denominan H.O. en homenaje a La Alhóndiga, compuesto por dos albóndigas.
Tampoco faltan en la barra del Alameda un buen jamón de bellota de Salamanca, chorizo casero y las rosquillas de anís de toda la vida. Son sabores de siempre a los que se suman las cazuelitas de merluza, albóndigas, chipirones y caracoles naturales, cocinados al estilo de la abuela. En ápocas como la Navidad, que está a la vuelta de la esquina, preparan estas recetas para llevar por encargo, igual que el marisco preparado a precio de mercado.
Paco García, en la barra, y María Alunda, en la cocina, son los artífices del éxito del Alameda, un establecimiento que cumple el próximo día 28 su 60 aniversario.
A lo largo de su dilatada trayectoria, el único secreto para triunfar es la calidad del producto. Porque en el Alameda no tienen misterios, por contra, preparan sus famosas felipadas a la vista del cliente. Este sandwich, convertido en incono de la cocina de Bilbao, se compone de pan de molde, anchoa, mayonesa casera, lechuga y un toque de tabasco. Prueba de su popularidad es que preparan entre 300 y 400 al día desde que lo inventaran, hace 50 años.
De toda la vida son también muchos de sus clientes. A todos ellos les miman como se merecen.