COMO cada año a comienzos del otoño -finales de septiembre y principios de octubre-, la llamada de la naturaleza resuena en un espectáculo sin par. Es la denominada berrea del ciervo, en la que los venados cortejan a las hembras a base de bramidos lanzados a los cuatro vientos. Y el parque de Salburua es uno de los escenarios protagonistas de tal acontecimiento. Por este motivo, este fin de semana es la ocasión perfecta para acudir a presenciar este apasionante proceso de conquista en el que los machos, con sus voces guturales, llaman la atención de las hembras elevando sus cuernas y bramando con todas sus fuerzas.

Los machos se encuentran en esta época en todo su esplendor e intentan adueñarse de un territorio. En este cometido, sus demostraciones de poder incluyen, además de los berreos, luchas rituales en las que usan su cornamenta.

Los territorios preferidos son aquellos en los que las hembras deban beber y alimentarse. Allí acuden los machos y entre ellos, los ganadores reúnen harenes de hasta 50 hembras.

Para vivir en directo este acontecimiento, el Centro de Biodiversidad de Euskadi viene organizando diversas visitas guiadas a los humedales de Salburua (Vitoria/Gasteiz) en colaboración con Ataria, Centro de Interpretación de los Humedales de Salburua. Así, la cita es mañana sábado, al anochecer. La actividad comenzará a las 20.00 horas en Ataria y finalizará en el mismo lugar a las 22.00 horas tras realizar un recorrido hasta la balsa de Arkaute.

La actividad ha sido diseñada para personas a partir de 14 años y la tarifa es de 20 euros por persona.

El plan constituye toda una experiencia que se puede disfrutar en familia o entre amigos. Será una noche especial donde Salburua se convertirá en escenario perfecto para este encuentro entre el ser humano y los ciervos, que año tras año atrae a mayor número de amantes de la naturaleza, como aseguran los organizadores de las visitas guiadas.

La berrea puede escucharse también en parajes naturales como el Gorbeia, especialmente preservados en estas fechas, donde el ciervo ocupa bosques caducifolios, hayedos y robledales.