bilbao - Miguel de Unamuno tuvo nueve hijos con Concha Lizárraga, su novia de toda la vida. Pablo y Ramón son hijos del segundo, Pablo, que se casó con Josefina en Salamanca, donde el pensador bilbaino llegó a ser rector de la Universidad. Ayer, sus dos nietos no quisieron perderse el homenaje que le brindó la ciudad que le vio nacer hace 150 años. Ninguno de los dos tuvo oportunidad de conocer a su abuelo, pero su presencia ha estado siempre omnipresente en su vida. “Nuestro abuelo recordó a su botxito durante toda su vida, según nos contaban nuestros padres”, explicaron.

A pocos metros del lugar donde transcurrieron los primeros meses de la vida de Unamuno, en el número 16 de la calle Ronda, el Ayuntamiento de Bilbao le ofreció ayer una ofrenda floral en la plaza que lleva su nombre, y recordó la figura de este pensador, “hijo de su tiempo, un tiempo convulso y no muy diferente del actual, en el que la libertad de pensamiento era casi un delito castigado con dureza por el poder. Unamuno decía lo que pensaba sin calibrar lo que los demás esperaban que debiera hacer. Fue afín al socialismo, cristianismo y existencialismo. Igualmente, apoyó el republicanismo y, posteriormente, el alzamiento nacional, al que luego se opuso con la frase “venceréis, pero no convenceréis”, con la que se enfrentó al General Millán Astray, lo que le supuso el arresto domiciliario. Una frase actual hoy día”, recordó el teniente de alcalde José Luis Sabas.

Unamuno vivió su vida con pasión, entusiasmo, plenitud y sufrimiento “en proporciones desiguales según el momento”, explicó Sabas, que calificó al pensador “como un bilbaino sin par y vasco universal, que ostentó con orgullo el nombre de Bilbao, Madrid, Salamanca, París y los demás lugares en los que le tocó vivir”, comentó. “Bilbao era entonces una pequeña ciudad de 18.000 habitantes que estaba construyendo las bases de la explosión industrial y financiera que convirtió nuestra villa en la punta de lanza del desarrollo económico vasco y estatal”, declaró Sabas, quien recordó las palabras del escritor sobre esa transformación, en las que decía admirar al Bilbao “grande, al de hoy”, y enorgullecerse de él “no sin cierta melancolía”.

Como no podía ser de otra manera, los asistentes al homenaje, entre los que se encontraba también el vicerrector de la Universidad de Salamanca, Mariano Esteban Vega, tuvieron también un recuerdo muy especial para Iñaki Azkuna, fallecido el pasado mes de marzo. Sabas recordó que Azkuna fue un “enamorado” de la obra de Unamuno y uno de los principales promotores del acto cívico que anualmente se brinda al pensador bilbaino. “A uno se le hace rarísimo estar aquí y no ver a nuestro querido alcalde Iñaki Azkuna”, agregó Sabas.

Tras este acto, las autoridades y los familiares de Unamuno se trasladaron al Museo Vasco para inaugurar la exposición Miguel de Unamuno y la fotografía, que reúne 500 documentos visuales -350 fotos, además de postales, libros y revistas- que proporcionan una visión de conjunto sobre la relación que el escritor mantuvo con la fotografía. La exposición podrá visitarse hasta el 31 de diciembre, coincidiendo con la fecha del fallecimiento del intelectual, y recoge buena parte del mundo iconográfico del pensador y filósofo vasco.