Donostia - Días después de abandonar su cargo de coordinador de Sortu en Donostia, Joseba Álvarez utilizó su cuenta de Twitter para calificar de “vergüenza” que Berástegui haya sido nombrado director general “por unanimidad” pese a “no saber euskera y, por tanto, no conocer directamente la cultura vasca”. Ayer el presidente del partido, Hasier Arraiz, se sumó a las críticas y lanzó un duro aviso a las instituciones -también a las gobernadas por Bildu-, que a su juicio han cometido “un error” que “hay que subsanar” al haber designado a un gestor que “no es euskaldun”. En una entrevista con Radio Euskadi, el dirigente abertzale reconoció el esfuerzo de las instituciones que integran el patronato para lograr un consenso y que la capitalidad “no se vea lastrada”, pero opinó que “a día de hoy, en la Euskal Herria del siglo XXI, que el director de un proyecto cultural tan importante”, no sepa hablar en euskera “es un déficit que hay que subsanar”. Tras admitir que el nombramiento de Berástegui “no ha sentado bien” en Sortu, invitó a las instituciones a “hacer autocrítica” y les reprochó que en aras del acuerdo hayan “sacrificado” al euskera.
Así las cosas, y cuando parecía que el nombramiento de Berástegui dejaría encarrilado el proyecto, Donostia 2016 afronta una nueva crisis en la que Bildu ha encontrado una fuerte contestación dentro de sus propias filas. Sin embargo, el alcalde y presidente del patronato, Juan Karlos Izagirre, a quien este asunto podría pasarle factura política, respondió a las críticas afirmando que la elección de Berástegui, “el mejor candidato posible”, se realizó “por unanimidad”. También recordó que en las bases de la convocatoria se siguieron los “criterios que marcaba Bruselas”, que fijaba como “requisito indispensable” el inglés -lengua que no se exigió a Itziar Nogeras-, mientras que el euskera y el castellano eran solo “preferentes”.
El primer edil recordó que según esos criterios, la persona elegida “no tenía por qué ser de Euskal Herria” y que incluso podría haber dominado solo el inglés y no hablar ni euskera ni castellano. “Es la mejor candidatura, nos da total confianza”, sostuvo antes de recordar que el euskera es un eje “vertebrador” en Donostia 2016 por su defensa de las lenguas minorizadas, además de ser la “lengua de trabajo” en la oficina: “Al 95% de los trabajadores se les ha exigido”.
Por eso, consideró que “opiniones” como las de Sortu son “libres y respetables”, pero el patronato “tiene clarísimo que ha elegido al mejor candidato”. En adelante, apuntó, habrá que trabajar con “vocación” de “demostrar” a la “gente escéptica” que Donostia 2016 “es de todos y todas”, un proyecto en el que “todo el mundo tiene sitio”. - J. G. A.