bilbao - El festival Bilbao BBK Live, que expiró el pasado sábado, sigue dejando tras de sí una estela positiva que no hace más que apuntalar las dotes beneficiosas de este evento, su productividad y su aportación a la capital vizcaina. La edición más exitosa del Festival, además de arrastrar a más de 120.000 personas hasta Kobetamendi, ha dejado un récord de impacto económico en los negocios de hostelería, comercio y hoteles de la villa que ha sido cifrado en casi 20,4 millones de euros.

Según informan desde Last Tour International y desde el Ayuntamiento de Bilbao, promotores y organizadores del evento, los asistentes han dejado en la ciudad un total de 20.389.813 euros. Este resultado económico de la novena edición, en la que actuaron como cabezas de cartel Frank Ferdinand, The Prodigy y The Black Keys, supera en 2,5 millones de euros la mejor marca anterior, establecida en 2012 con casi 17,5 millones de euros. Este retorno económico de la inversión del Ayuntamiento de Bilbao en este proyecto musical consolida a esta cita como “uno de los motores de la economía de la ciudad” y subraya la capacidad de los grandes eventos para “generar negocio y riqueza”, así como para proyectar la imagen de Bilbao internacionalmente, tal y como remarcan los impulsores del Festival.

Los sectores de actividad económica relacionados con el turismo, como los hoteles, comercios y hostelería, han destacado también la repercusión positiva del festival de Kobetamendi en sus cuentas de resultados.

La Asociación Destino Bilbao subraya el alto nivel de ocupación hotelera registrado en la ciudad durante los días 10, 11 y 12 de julio en que se celebró el evento musical, que ha alcanzado casi el 90% (89%).

Las oficinas de Bilbao Turismo también marcaron un récord de atenciones al público al facilitar información a 6.934 personas durante el Festival, lo que refuerza aún más la teoría de los promotores, que se esfuerzan por expandir los tentáculos del BBK Live a toda la ciudad a través de exposiciones, conciertos gratuitos y proyecciones de cine documental. De cara al futuro, el mayor reto que deberá afrontar la cita musical reside en cambiar su actual ubicación. Kobetamendi es una atalaya maravillosa, pero su acceso es un embudo que ralentiza el transporte de los visitantes y, además, cuenta con un espacio que ya no da más de sí.