SE trata de “un anticipo de los 35 años de trabajo que cumpliré el año que viene”. Así explicó el espíritu de la exposición Urdaibai en la trikitixa de Kepa Junkera el músico bilbaino en el acto de presentación en el Centro de la Biodiversidad de Euskadi, ubicado en Busturia. Una colección de objetos recopilados a lo largo de la vida del artista que permiten completar un recorrido por su trayectoria profesional, en la que Urdaibai ha cobrado una especial importancia.

“Me ha influido mi familia, pero nunca habría pensado que Urdaibai pudiera llegar a influirme tanto”, expuso el trikitilari. “Soy un privilegiado por tener estos puntos cardinales para seguir trabajando”, añadió el músico afincado actualmente en Busturia.

Al igual que “ocurre en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, la tradición y la modernidad también se funden en la carrera musical de Junkera”, como recordó en su alocución la directora de Biodiversidad, Amaia Barredo. La diversidad de los paisajes y sonidos del territorio tienen su paralelismo en la diversidad de estilos, instrumentos, ritmos y melodías que componen su obra.

No se trata de una mera exposición de materiales, ya que la impronta de los artistas Rober Garay y Alberto Palomera dota a la sala de un aura especial. Un metafórico mural, con los más variados elementos de la vida de Junkera entrelazados en una simbólica raíz, dan como fruto la trikitixa que simboliza a Junkera. “Doy mucho valor a la diversidad de los objetos y, a partir de ahí lo veo como un todo. No quitaría ninguna pieza”, apuntó el bilbaino.

Instrumentos Destaca la colección de instrumentos musicales con los que el músico ha compuesto e interpretado miles de melodías: albokas, trikitixas, acordeones, alguno de 1840; panderetas... Estas últimas ocupan un lugar destacado y muestran las siluetas de las manos y dedicatorias de “gente extraordinaria que me ha permitido conocer mi actividad”, señaló Junkera.

Entre ellas se encuentra la del recién desaparecido Nestor Basterretxea, para quien tuvo sinceras palabras de recuerdo. Obra del genial creador bermeotarra es la K del disco de ese nombre que editó el trikitilari bilbaino y por el que en su día recibió el Grammy Latino al mejor álbum folk, trofeo que también se expone en una sección dedicada a los premios y reconocimientos al artista.

Entre las vivencias que han marcado la vida de Junkera, nadie habrá tan vital como su propia madre, cuya fotografía -antigua- bailando al ritmo del instrumento que ha hecho popular a su hijo, destaca en la sala de exposiciones. Como el mural e imágenes del proyecto Athletic Bihotzez, que no podía faltar en la vida de un bilbaino de pro.

Incluso la ambientación musical de la sala está cargada de simbolismo, con una composición que realizó el propio Junkera para la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet. Egurats, musika eta soinuak, es una selección de sonidos de la naturaleza, ordenados y editados, que permiten ahondar en la estrecha relación del artista con el medio natural que le rodea.

La exposición, de acceso gratuito, estará abierta al público hasta el 30 de septiembre.