bilbao - Jorge Suquet (Madrid, 1980) no siempre quiso ser actor. Para él fue una sorpresa descubrir que podía convertirse en una profesión. Le gustaba montar teatros en reuniones familiares, participar en las funciones del colegio o de los campamentos de verano, pero nunca pensó que se pudiera vivir de ello. Su madre trabajaba en la radio y creía que ese era su lugar, a los dieciséis años se convenció que su vocación estaba en otra parte. Es realista y sabe que ser actor tiene meses buenos, menos buenos, regulares y malos. Él ha vivido todas las estaciones pero aun así sigue convencido de que está en la profesión acertada.
¿Cómo es su papel en 'Ciega a citas'?
Casualmente se llama igual que yo el personaje.
¿Se parecen?
Afortunadamente, no. No tenemos ningún parecido. Es el hijo del dueño de la emisora, es muy listo, pero un poquito pieza. Lleva mucho tiempo fuera de casa y durante una época le hizo la vida imposible a Natalia, su hermana y directora de la emisora.
¿Y qué hace en la emisora?
El padre quiere que Natalia se dedique más a la parte de contenidos y el debe captar clientes para aumentar los ingresos publicitarios. Para conseguir los objetivos del padre se va a valer de las armas de las que siempre ha hecho uso.
¿Qué armas son esas?
Su sonrisa, su carisma, su don de gentes, su encanto?
Vamos, que juega sucio.
Ja, ja, ja? Jorge es de estas personas que tú conoces, seguro; que todos conocemos y que son las que harán cualquier cosa por llegar a su cometido, cueste lo que cueste y pasando por encima de quien tengan que pasar.
¿Resulta más fácil un papel en el que el nombre del actor y del personaje coinciden?
No tiene por qué. Realmente, cuando tomas las riendas de un personaje te metes en él y que el nombre coincida resulta un poco confuso.
¿Siempre ha querido ser actor?
No. Siempre he actuado. En las reuniones familiares lo ponía todo patas arriba para montar el espectáculo, también actuaba en el teatro en el colegio o en los campamentos de verano a los que iba. Siempre he estado metido en ello sin realmente saber siquiera que era una profesión. En mi familia nadie se había dedicado a ello. Lo que yo quería era hacer radio.
Nada que ver con lo que hace ahora, ¿por qué quería hacer radio?
Mi madre trabajaba en la radio y siempre me atrajo mucho, cada vez que me podía escapar iba al programa de Gabilondo y me sentaba a escucharle embobado. Me fui a Estados Unidos con dieciséis años a estudiar 3º de BUP y fue cuando me empezaron a decir que me tenía que dedicar a la interpretación. Me metí de lleno y volví ya obcecado con la idea de ser actor. Estudie audiovisuales en la facultad de Madrid y lo combiné con estudios de interpretación.
¿Ha ejercido alguna vez su carrera?
Sí, cuando la terminé trabajé tres meses en Radio Nacional, hice las prácticas en El ojo crítico, en Radio 1. Estuve haciendo publicidad, algunas cosas en algunas series, ahorré algo de dinero y me fui a Nueva York. Descubrí lo que quería hacer a los dieciséis años, antes ni me lo había planteado.
Ha participado en muchas series, pero se da a conocer en 'Ángel o demonio'.
Ese fue el punto de inflexión. Hice un papel de referencia y siempre cuando me piensan: ¿Quién es este chico? Era el del bigotito, el cabronazo de la serie? Este trabajo fue el antes y el después para mí en el mundo de la interpretación. Hice también una TV movie, Juan Carlos y Sofía, fue otra gran oportunidad para mí. En los dos casos, fue la misma directora de casting y fue la que al cogerme me abrió más puertas.
Una de las puertas que se le abrió fue las de 'Cuéntame cómo pasó', una de las series semanales más veteranas de la televisión.
Elena Arnau, directora de casting de Cuéntame, me conocía porque yo había hecho una cosa pequeña en una película, Atraco. Me propuso para un personaje en la serie de TVE y me aceptaron. Formar parte de Cuéntame es como formar parte de la historia de la televisión. Además, fue un disfrute y un aprendizaje trabajar al lado de actores tan buenos: Imanol Arias, Juan Echanove, Ana Duato? qué voy a decir. Toda una experiencia.
¿Solo se dedica a la interpretación?
Alguien me lo preguntaba también hace unos días muy sorprendido?
Tal y como están las cosas.
Si lo pienso, tengo que reconocer que tal y como están las cosas, ahora y siempre para los actores, soy realmente un afortunado. Los últimos años llevo prácticamente viviendo de ello. Pero también hay momentos de bajón y de sequía, el año pasado hubo menos trabajo. Alguna vez intento tirar de algún otro tipo de trabajo, pero, en general, vivo de esto: meses mejores y meses más ajustados. Lo que espero es mantener una trayectoria.
¿La radio va a ser su asignatura pendiente?
Me gustaría sacarme esa espinita, me gustaría trabajar en ella y hacer cosas relacionadas con el mundo del periodismo. Pero voy poco a poco, todo a su tiempo; estoy intentando levantar un proyecto de teatro. Siempre voy despacio.
Un hombre paciente.
Soy puro nervio y parezco muy impaciente; pero al final, dejo la impaciencia de lado para permitir que las cosas vayan saliendo. Me gustaría retomar el periodismo, es un mundo muy atrayente.
Un mundo que no vive tampoco sus mejores horas.
Ya lo sé. Sé que los periodistas también se tienen que buscar la vida y nuevas formas. Pero es que en el fondo todo está cambiando y en esas estamos. El año pasado fue cuando menos trabajo he tenido y es cuando me he tenido que estrujar el cerebro para ver de qué manera conseguía que la interpretación fuera mi forma de vida.
¿Se ha arrepentido alguna vez de haber dejado de lado el periodismo para ser actor?
Nunca, fue una decisión que tomé yo y que siempre he considerado acertada, me encanta actuar. Están mal las cosas, pero en mi profesión, en la tuya y en la de los demás.