Bilbao
eL 2 de junio de 1961, Ernest Hemingway se en-cerró en el sótano de su casa, cogió su escopeta de caza y se voló los sesos. Antes también se suicidó su padre. Después, dos hermanos suyos. El último eslabón lo protagonizó 35 años más tarde su nieta, la supermodelo y actriz Margeaux Hemingway, encontrada muerta en su apartamento tras ingerir barbitúricos.
Ahora, la directora y ganadora de dos Oscar, Barbara Kopple, muestra en un documental algunos de los secretos más inquietantes de esta familia de intelectuales marcada por enfermedades mentales y siete suicidios. Lo hace de la mano de una de las nietas del Nobel, Mariel Hemingway, y bajó el título de Running from crazy (Huyendo de la locura), precisamente una frase con la que el autor de El viejo y el mar definía su vida. El documental, producido por la presentadora Oprah Winfrey, será proyectado hoy a las 20.00 en el Guggenheim, en el marco del ciclo Beautiful Docs. Panorama de largometrajes documentales del mundo, dentro de Zinebi 55, en lo que será su estreno en todo el Estado.
Ya lo dijo John Hemingway, otro de los nietos del Premio Pulitzer: "El trastorno bipolar y la depresión clínica son algo propio de mi familia". Quizá por ello Mariel vive dedicada a explorar la presencia en su entorno de la enfermedad y la autodestrucción, algo que interesó a Kopple. "Fue fenomenal hacer esta película. Me llevó a recorrer un viaje para ver desde dentro a la familia Hemingway. Muchas veces te crees que conoces a la gente pero te das cuenta que no cuando un día se atreven a sacar lo que realmente tienen dentro", explicó ayer la directora estadounidense, quien además confesó que Mariel quería hacer esta película por sus hijas. "Ellas no conocían la historia de los Hemingway en cuanto a sus suicidios, enfermedades mentales, adicciones... En realidad no es solo la historia de su familia: podría ser la historia de cualquiera de nosotros". Para llevar a cabo este proyecto, Kopple encontró secuencias de la familia Hemingway que ni la propia Mariel sabía que existían. De este modo, en la película se muestra un material inédito de su hermana Margeaux, quien ya intentó realizar un documental sobre su abuelo. También hay varias escenas familiares, entre ellas una entrevista a Jack, hijo mayor de Hemingway, y grabaciones en las que la propia Margeaux cuenta que fue internada en una clínica para combatir su adicción a las drogas y cómo la soledad le llevó a llamar a una prostituta para que le diese un abrazo el "día de la familia" ya que nadie fue a visitarla. Todas esas situaciones desconocidas, entre las que también destaca el testimonio de Mariel narrando que su padre, Jack Hemingway, abusó sexualmente de sus hermanas, son recogidas en el documental. "En casa de Hemingway no se hablaba de él jamás. Ni siquiera se leían sus libros. Sus nietas habían oído que le gustaban las mujeres, que era corresponsal de guerra, que le gustaba pescar, cazar... pero en realidad no conocían sus demonios internos. Son casi cinco generaciones las que han ido ocultando eso", explicó Kopple sobre su trabajo.
Regreso a Bilbao Kopple vuelve de la mano de Running from crazy a la capital vizcaina. Lo hace 13 años después de ganar el Mikeldi de Honor y de presentar algunas de sus películas más importantes en el año 2000. Y es que la trayectoria de esta directora está internacionalmente reconocida con dos premios Oscar al Mejor Largometraje Documental en 1977 y 1991.
"La ultima vez que vine no sabía exactamente qué proyectos había aquí, qué películas se estaban realizando. Sin embargo, ahora veo que hay muchísimas más películas. Hay cortos, largos, el jurado es internacional... todo esto me parece realmente muy bueno", argumentó ayer Kopple. "Los directores quieren compartir lo que han hecho y recibir la respuesta del público, si se han aburrido, si les ha gustado...", añadió para destacar la importancia del encuentro entre público y directores. De este modo, Kopple definió su proyecto como una película que "trata un tema muy humano, que te hace reaccionar y sentirte mejor como persona". A lo largo de su carrera Barbara Kopple se ha introducido en mundos muy distintos, desde iconos culturales populares como Mike Tyson o Woody Allen, a trabajos sobre los abusos machistas contra la mujer en Bosnia, Egipto y Pakistán y en defensa de los derechos de las mujeres. "Me encanta mi trabajo y en todos los casos creo que debe establecerse una relación de respeto y de comunicación entre la persona que debe abrirse ante la cámara y el director. He trabajado con gente muy distinta y todo se basa en la comunicación que se establece y de que la conexión que se crea", afirmó Kopple, y concluyó: "Me gustaría que se hable de esta película porque ha habido cosas muy estigmatizadas, como las violaciones, el cáncer de mama, el sida... Si conseguimos que se hable de todo ello sería fantástico".