bilbao. Las Juntas Generales de Bizkaia decidieron ayer pedir al Gobierno vasco la apertura de los expedientes para la protección como Bien Cultural del edificio y entorno del Museo Guggenheim Bilbao. Hubo unanimidad en todos los partidos políticos al considerar el museo como un referente internacional cultural y un motor económico no solo para Bilbao sino para toda Euskadi. En el caso del edificio diseñado por Frank Gehry, "es hora", quince años después de su inauguración y tras haber recibido numerosos premios, de que el Gobierno vasco "estudie" las diferentes posibilidades que la ley ofrece para iniciar el proceso de protección de lo que se ha convertido en un "icono internacional", justificaba Arturo Aldecoa, apoderado del PP.

Pese a que la iniciativa popular para establecer una figura de protección oficial al museo contó con la unanimidad de la Cámara, algunos grupos mostraron ciertas dudas sobre si había que pedirlo para su entorno. Asier Sanz, de EH Bildu, defendió su voto a favor de la solicitud al tratarse de "un edificio singular y cumbre de la arquitectura del siglo XX", pero puso en tela de juicio el que el entorno del museo deba ser incluido en el mismo tipo de protección que el edificio.

También desde el PNV, la juntera Lorea Bilbao se preguntó hasta qué punto una protección del entorno "no puede constituir un límite para dar cabida a una serie de exposiciones". El juntero del PSE-EE, Juan Otermin, se mostró también favorable a la solicitud de apertura de expendiente, aunque mostró su "sorpresa" por la inexistencia de algún tipo de protección.

Las Juntas Generales de Bizkaia pidieron también al Gobierno vasco que inicie el expediente para que tanto la Pasión de Arkotxa como el palacio Abaroa de Lekeitio sean declarados bienes culturales. La comisión de Cultura debatió y aprobó dos propuestas del PP que pretenden elevar la protección de estos dos elementos vizcainos.

visitantes La diputada de Cultura, Josune Ariztondo, contestó a las preguntas del PSE en relación al descenso de visitantes durante los meses de julio y agosto en el Museo Guggenheim y en el de Bellas Artes. Ariztondo explicó que el descenso de visitas de 6.271 personas en el caso del Bellas Artes, y de unas 25.000 en el Guggenheim, se debe a la crisis económica y a la menor repercusión de las exposiciones temporales de este pasado verano, con respecto a las del pasado año. "El Guggenheim ha tenido una exposición muy potente, Arte en la Guerra, pero ya se había mostrado antes en París el pasado año, por lo que restó visitantes extranjeros". Además, en 2012 el museo bilbaino contó con el tirón mediático de la muestra del creador británico David Hockney.

En el caso del Bellas Artes, contó en 2012 con una exposición de Goya y "este año se ha programado una retrospectiva sobre Francisco Durrio, una exposición imprescindible y necesaria. Además, las razones económicas no son las únicas que tienen que mover a un museo a la hora de programar, pero curiosamente, ha descendido el número de visitantes locales".

La diputada de Cultura cifró la caída de recaudación en 20.000 euros en el caso del Bellas Artes y de 200.000 euros en Guggenheim, retroceso que entraba dentro de las previsiones. En todo caso, Ariztondo entiende que la valoración es conveniente hacerla anualmente, comparando periodos más largos.