Bilbao
Más diálogo con los artistas y menos con los agentes". Así de contundente se mostró ayer el artista guipuzcoano Iñaki Garmendia, que tras lanzar severas acusaciones contra el Museo Guggenheim Bilbao, abandonó la rueda de prensa donde se presentaba la exposición Proceso y método, en la que participa junto con Erlea Maneros Zabala y Xabier Salaberria. "Este museo no está preparado para trabajar con los artistas", espetó para asombro de los presentes, que esperaban más palabras de protocolario agradecimiento que de diatriba.
El director de la pinacoteca, Juan Ignacio Vidarte, pidió en varias ocasiones a Garmendia que concretara el motivo de sus críticas, a lo que éste contestó que se deben a que una de sus obras de la muestra, Ikaraundi-EQDALOS, no se ha expuesto tal como él quería. La obra de la discordia es una "reinterpretación", según Garmendia, del desaparecido busto del pintor José Sarriegui, realizado por Jorge Oteiza.
Para los responsables del museo, se trata de una "reproducción" de la escultura de Oteiza, por lo que "advirtieron" a Garmendia de los "problemas legales" que podría acarrear de no contar con el permiso pertinente de los propietarios de los derechos del artista de Orio, tal como argumentó la comisaria Lucía Agirre. "No podemos ignorar el contexto legal", defendió Vidarte, que accedió a la exigencia de Garmendia de convocar "una reunión con la asesoría jurídica del museo" para esclarecer el asunto. Tras varias conversaciones, responsables del Guggenheim emitieron una nota en la tarde de ayer para asegurar que dicha obra cuenta con la aprobación del artista, "que agradece la invitación del museo y lamenta la situación generada tras sus declaraciones".