El 'Guernica', el mayor cartel contra la guerra
Símbolo de la rebeldía y la lucha antifranquista, el 'Guernica' fascina a muchos artistas internacionales
Bilbao. El guerniqués Museo Euskal Herria acostumbra a mostrar obras que hacen referencia al terrible bombardeo de 1937 sobre la población civil, pero este año ha contado con una exhibición excepcional: comisariada por el profesor y crítico de arte Xabier Sáenz de Gorbea, Los últimos Gernika ha acercado al público, durante seis meses, al "uso del Guernica de Picasso como signo universal contra la barbarie, al tiempo que recuerda el bombardeo indiscriminado sufrido por un pueblo alejado del frente", explica Felicitas Lorenzo, directora del Museo. En este sentido, Sáenz de Gorbea ha profundizado en dichas cuestiones con dos conferencias relativas a las obras creadas por otros artistas, vascos e internacionales, en torno al mítico lienzo cubista.
La exposición ha mostrado grabados y fotografías de obras realizadas por muy diversos autores, posibilitando aportar una visión individual de cada trabajo al tiempo que "un relato conjunto que está abierto a la interpretación". "Una construcción donde se entremezcla lo real y la ficción, que agudiza el análisis crítico y asume la conciencia radical", valora la directora.
el grito antibelicista "Los sucesos de Gernika conmovieron al mundo y la República española no dudó en informar sobre la ignominia en distintas partes del pabellón erigido para la Exposición Universal de París de 1937. Textos y fotomontajes de Josep Renau aluden a la situación de manera precisa y detonante, mientras Picasso hace un alegato simbólico y crea el más grande cartel del mundo contra la guerra", define Sáenz de Gorbea.
El Guernica, recuerda el experto, se ha pintado y aludido de múltiples maneras. "Es un icono que ha fascinado a muchos artistas internacionales que lo han utilizado para posteriores obras, teniendo en cuenta su sentido crítico respecto del bombardeo y llevándolo a otras circunstancias ignominiosas", relata.
Las versiones y alusiones, efectivamente, son muchas. Como las reproducciones en Belfast, Berlín, Gaza y otros pueblos en lucha. Pintadas en la calle, "presentan variaciones cromáticas y contextualizaciones locales que dejan la estructura intacta e introducen significativos cambios", explica el investigador. Antes, desde 1969, el Equipo Crónica ya había empezado a hacer versiones, convirtiendo el famoso cuadro en "icono de la rebeldía y la lucha antifranquista". Al final de la dictadura y durante la transición, hubo numerosas reproducciones del mural en las paredes de los barrios y bastantes obras gestadas en Auzolan, a cargo de artistas y personas anónimas.
Desde que tuvo lugar el cruel y trágico bombardeo, creadores vascos y foráneos han tenido a Gernika como referente temático, con el mural de Picasso en el imaginario colectivo. "Su divulgación simbólica del dolor humano y la fragmentación del espacio y el tiempo es universal", indica el estudioso del arte, quien destaca la poco conocida portada del libro Guernica que el Gobierno vasco publicó en plena guerra civil. "Interesante obra del cartelista Nicolás Martínez Ortiz de Zarate, cuyo primer plano muestra cómo cae una de las bombas sobre la Villa". Otras ilustraciones compiladas por Sáenz de Gorbea son la de José María de Uribarren, que ilustró la portada del bombardeo de Durango, y las de Nik (Luciano Quintana) para denunciar los sucesos de Otxandiano, Bilbao, Durango, ¡Gernika!, en la revista Gudari de 1937. Los dibujos de Aurelio Arteta presentan a un hombre arrodillado frente a las ruinas humeantes. Paco Ribera editó unas tarjetas postales al instalarse el Gobierno vasco en Barcelona.
"Muchas personas no actúan por intereses crematísticos", señala Xabier, en referencia a tantos creadores que escogieron este motivo para enfatizar la denuncia, para promover conciencia. Entre ellos, los guerniqueses Pelayo Olaortúa, Luis Iriondo, Ricardo Abaunza o Sofía Gandarias, así como el zarauztarra Julián Ugarte, quienes "han dejado convencionales pinturas que evocan el siniestro total". Un dibujo de Ruiz Balerdi para Gaiak destapa su faceta militante. Agustín Ibarrola y Dionisio Blanco han hecho muchas referencias a la Villa y al cuadro del autor malagueño. Javier Urquijo realizó una instalación en 1981.
Los 50 años del ataque aéreo originaron un elenco de obras de Artea Gernikan, Alfonso Gortázar, José Ibarrola, Darío Urzay y Remigio Mendiburu, entre otros. Desde entonces, las versiones inspiradas por el Guernica no han escapado a los pinceles de Kepa Garraza, Jabier Herrero, Pepo Salazar... Ortiz de Elgea preparó once Gernikas precisamente para Euskal Herria Museoa en 2012.
La influencia del lienzo pintado en el 37 presenta muchas formas y materiales y no siempre se utiliza la totalidad del cuadro. A veces por encargo, como la obra de Nelson Rockefeller para Jacqueline de la Baume en 1955, tapiz que hoy se halla en la ONU. La construcción y deconstrucción del taiwanés Lee Mingwei (1964) o la estrujada versión del cántabro Javier Arce (2007). La polaca Goshka Macuga replicó el tapiz de Colin Powell para la inauguración de la londinense White Chapel. La danesa Nadia Plesner denunció en 2010 la injusticia utilizando fragmentos en Darfurnica.
Los profusos datos recabados por el comisario -"para su divulgación social"- no acaban aquí. En el centro guerniqués hemos podido disfrutar de fanzines, proyecciones, imágenes del lehendakari Aguirre y su comitiva... En el museo, que ya prepara otra exposición, están muy contentos con este estudio documental, que despliega los Guernica "artísticos pero también como una reivindicación socio-política desde el ámbito popular", con "mensajes rotundos, diferentes y muy interesantes" de los artistas.