POCO a poco, Haizea, una de las canciones más emblemáticas de Ken Zazpi, va adquiriendo unos matices diferentes en los primeros ensayos de la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE). El grupo de Gernika se escapa de su habitual sonido pop-rock, basado en guitarras, bajo y batería, para dejar paso a trombones, violines y arpas, entre otros instrumentos, todos ellos dirigidos por el compositor getxotarra Fernando Velázquez, autor de las bandas sonoras de éxitos cinematográficos como El Orfanato y Lo Imposible.
Se trata del nuevo proyecto en el que se ha sumergido el grupo Ken Zazpi, en colaboración con la OSE, y que ayer fue presentado a los medios en la sede de la formación sinfónica, en Miramon, donde se ofreció una muestra de esta atípica fusión. Más tarde, el cantante Eñaut Elorrieta aclaró que ahora mismo están en "pleno proceso". Y añadió: "Os habéis metido en la cocina cuando todavía estamos con los entremeses, y falta el primer plato, el segundo plato y el postre".
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Buscando espacios
De esta iniciativa saldrán varios conciertos y un disco, aún sin título, que se pondrá a la venta el 8 de noviembre. La Orquesta comienza hoy la grabación del álbum en su sede y Ken Zazpi completará el trabajo en su estudio entre el 2 de septiembre y el 4 de octubre.
El disco tendrá tres movimientos: el pasado, tanto del grupo como de Euskal Herria (como por ejemplo la canción Zapalduen Olerkia); el presente y el futuro. Para representar este último han compuesto tres temas exclusivos para este proyecto sinfónico, entre los que destacan Bihotz y Gereziondoa, según adelantaron en una especie de guiño a lo que puede ser el conjunto. En definitiva, están contando "una historia o varias historias", y una de ellas es la de Ken Zazpi, "lo que ha sido, lo que es y lo que puede ser", advirtió Elorrieta.
Además de esas tres piezas inéditas, grabarán siete versiones de temas conocidos, entre los que destacan Noizbait y otras que no quieren desvelar pero que completarán el disco que supondrá un repaso de su trayectoria.
Por su parte, Velázquez aclaró que "no es un grandes éxitos o un remix, sino que está pensado como una obra completa". La elección y arreglos de las canciones ha sido un trabajo conjunto entre el director y los integrantes, y a juicio de Elorrieta, han intentado escoger las que mejor se adecuaban a lo sinfónico, "buscando el espacio para la banda, para la orquesta o para el conjunto". Porque no se trata de unir voz con orquesta, sino de complementarlo con batería, guitarra, bajo y hacer que la suma sea "positiva".
Asimismo, admitió que una de las obsesiones del grupo ha sido que no fuera algo estático, sino que tuviera contenido y forma, para "aportar algo". Y, desde luego, dejó claro que la iniciativa no ha sido una estrategia para buscar otro espacio, como es el de la música clásica.
Fernando Velázquez explicó que ha realizado un conjunto de intersecciones basado en el "arte del grupo, en lo que ellos quieren contar y su manera de ser", para lo que se ha tenido que introducir en la cabeza de los integrantes de Ken Zazpi. Un work in progress complicado en el que a veces había que sacrificar ideas para que el resultado fuera bueno. Pero más allá del proceso, que merece la pena, augura un resultado como mínimo "muy bueno o histórico", porque de ahí para abajo "no barajo nada".
Además, recalcó, resulta significativo hacer este proyecto con la OSE, que se "mueve" y "va a donde están las cosas interesantes en un momento delicado de la cultura y con un presupuesto bajo".