Bilbao
A los cines de Euskadi no les salen las cuentas y se asoman al abismo del cierre. En la CAV la recaudación se está desplomando y el número de espectadores ha caído un 9% en dos años (4% solo en 2012), al tiempo que las salas urbanas se convierten en una especie en vías de extinción. Si en los años 70 Bilbao tenía 38 grandes cines, hoy solo cuenta con tres (Multis, Alhóndiga y Zubiarte) que suman un total de 22 salas de proyección comerciales. Los cambios en los hábitos de consumo, los efectos de la piratería, la subida del IVA cultural hasta el 21% y los malos tiempos para el bolsillo han forjado el desastre. "La subida del IVA ha sido la puntilla pero la crisis del cine es anterior; viene motivada por la piratería. Si los contenidos están gratis en internet y la gente puede acceder libremente a ellos, las salas salen muy malparadas", explica Víctor Villanueva, del circuito Coliseo. El futuro incierto de los cines pone en jaque el futuro de la fábrica de sueños. "No me extraña que se estén cerrando cines y se cerrarán más. Los márgenes que quedan de una entrada son ridículos. Si quitas el 21%, descuentas los impuestos municipales, otro 3% para autores, artistas, intérpretes... y restas los costes fijos, queda una cantidad pequeñísima", apunta.
En Bilbao, el naufragio de los cines Mikeldi, en 2006, ya presagiaba la crisis del sector y, sobre todo, de los cines tradicionales, que se ven sometidos a la competencia de las salas de los centros comerciales. Al cierre de los cines de Bilbondo, de Basauri, siguió el de los Renoir de Deusto, otro eslabón más de la triste cadena. La sangría continuó con los Capitol, pertenecientes al circuito Coliseo, que también bajaron la persiana. De los históricos, Trueba, Buenos Aires, Actualidades, Gran Vía, Coliseo, Capitol, Consulado, Astoria, Urrutia, Ideal, Vistarama, Canciller, Deusto, Gayarre, Olimpia? ya no queda ni rastro.
Eran carteleras que prometían una felicidad desaparecida como la de los cines Guridi, en el centro de Gasteiz, o Abaco, que también cerró sus salas en El Boulevard. Los Mikeldi alaveses tampoco pudieron competir con los multicines que albergan los tres centros comerciales de la ciudad. Pero el sector también está herido de muerte en Gipuzkoa, donde se han clausurado casi una veintena de salas en los últimos años, primero las que operaban en el centro comercial Garbera y las del Astoria, en Amara, y posteriormente los multicines del centro de ocio de Illumbe.
Los complejos multisala
Una competencia imposible
Hoy, el negocio se lo reparten los complejos multisala, situados en el extrarradio de las ciudades y propiedad de grandes marcas internacionales. "El cierre de los cines en el centro de las ciudades viene motivado por un cambio de hábitos de consumo. Así que hay que competir con centros comerciales que funcionan como una ciudad pero en un entorno cerrado. Rivalizar con un Megapark o un MaxCenter, con sus plazas de parking gratuitas, más el conjunto de ocio y comercio, es imposible", subraya Villanueva.
El año pasado fue aciago para la industria del cine en el Estado por la crisis y la subida del IVA. Como consecuencia de la difícil situación, España ha perdido 141 pantallas de cine, 17 complejos cinematográficos y los puestos de trabajo en el sector se han reducido un 12,7%.
Sin embargo, Víctor Villanueva mira al futuro con optimismo, porque están detectados los problemas. "Este año se ha notado falta de material porque desde que finaliza la época de los Oscar hasta ahora, no hay producto cinematográfico. Antes había un paréntesis en Semana Santa porque siempre se estrenaba una cantidad de producto atractivo para los espectadores, pero este año no ha existido. En EE.UU. las grandes películas siempre se estrenan entre mayo y junio. Este año, las películas de más éxito en la taquilla yankie van a llegar aquí a partir de julio, o sea que se han retrasado y eso a las salas de cine nos perjudica muchísimo", precisa.
94 millones de entradas en 2012
Ciudades sin un solo cine
En 2010, los cines estatales vendían más de 100 millones de entradas, pero dos años más tarde esa cifra había caído por debajo de 94 millones. Las salas se quedan vacías de público y las ciudades se quedan vacías de cines. Desde el viernes, Pontevedra se ha convertido en la primera capital de provincia sin una sola sala de exhibición. No es un fenómeno nuevo. "En Madrid hubo una manifestación para denunciar la desaparición paulatina y constante de cines, que ha motivado que cerca de un millón de madrileños de siete distritos ya no cuenten con salas", indica Villanueva.
La situación es tan desesperada que distribuidores y exhibidores han hecho frente común. "Debemos buscar soluciones y una de ellas pasa por bajar el precio de las entradas", asegura Felipe Ortiz, responsable de la distribuidora TriPictures. Enrique González Macho, propietario de la cadena Renoir y que ha visto cómo la crisis se ha llevado por delante su distribuidora Alta Films, apunta en la misma dirección. "Si se bajan los precios, esto debe ir acompañado de una gran campaña de promoción para dar a conocer a la gente que los precios han bajado, porque el descenso puede pasar desapercibido", aclara.