Bilbao

La musa dicta y, en algunas ocasiones, sopla… ¿Dónde está el duende? Por el arco vacío entra un aire mental que sopla consistencia sobre las cabezas de los muertos, en busca de nuevos paisajes y acentos ignorados…". Federico García Lorca escribió Así que pasen cinco años en 1931, una de las obras que, junto con El público, se enmarca en lo que el propio autor definió como teatro imposible, por el surrealismo que destilaban estos textos. Tuvieron que pasar casi tres décadas para que esa obra imposible se materializara sobre las tablas. Fue en París, en enero de 1959.

Así que pasen cinco años cuenta la historia de un poeta (El joven) que decide aplazar su boda cinco años y "llevar la añoranza poética al extremo", en aras de la creación. Sin embargo, sus planes se verán fatalmente frustrados… "La búsqueda del amor aparece en primer término, pero también trata de la búsqueda del arte del propio artista", comenta David Valdelvira, actor y profesor en la escuela de cine y teatro Ánima Eskola de Bilbao.

Además, da vida al atormentado protagonista de Así que pasen cinco años, el poeta enamorado a quien Lorca se refirió como El joven.

De todas formas, esta obra "poética y compleja" no es una de las más conocidas del poeta español. Al menos entre el público castellanohablante. "Quizá casi se estudie más a Lorca en las escuelas de teatro rusas que en las del Estado", opina el intérprete. Valdelvira forma parte de la compañía teatral Txaika Teatro, que junto a Ánima Eskola llevan ahora esta obra imposible a Saratov. Está adaptación está dirigida por Iván Ivanovich Verkhovykh junto con Álgis Arlauskas y Marina Shimanskaya, coordinador y directora de Ánima Eskola, respectivamente.

La representación tendrá lugar esta misma tarde, y la función se enmarca en el festival que la ciudad rusa realiza en honor del actor Oleg Yankovsky. "Es un premio -aunque también un reto-, participar en este encuentro, ya que sólo está abierto a actores, dramaturgos y directores oriundos de Saratov, y en el mismo se dan cita las mejores compañías teatrales", añade Valdelvira, quien asegura que todo el elenco está deseoso de mostrar ante el público ruso su trabajo, pues son actores vascos que se han formado según las metodologías de la escuela rusa (la oferta docente de Ánima Eskola se basa en los métodos Stanislavsky y Mikhail Chejov, entre otros). "También es una responsabilidad, no queremos defraudar a un público que además de ser muy culto y exigente, es un gran conocedor y admirador de la obra de Lorca", explica.

Además de esa responsabilidad, son muchos los sentimientos que afloran en Marina Shimanskaya, codirectora de esta obra. Se trata de su ciudad natal -al igual que la del director Ivanovich Verkhovykh-, y confiesa sentir una mezcla de preocupación y alegría. "Esta obra de Lorca es para crecer, como actores y también como personas", asegura. Poética, difícil, poco cotidiana… Son muchos los adjetivos que se le ocurren a la directora de Ánima Eskola para definir esta pieza teatral. "Es preciosa", resume.

No es la primera vez que Txaika Teatro y Ánima Eskola representan Así que pasen cinco años en Rusia. En mayo de este año participaron con esta misma obra en el Festival Your Chance de Moscú, donde concurrieron junto con escuelas de teatro de todo el mundo. El estreno de la misma tuvo lugar en casa, en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao. Asimismo, han llevado el teatro imposible de Lorca por escenarios como los de Eibar y Gernika, y no descartan representar esta boda fallida en otros teatros vascos a lo largo del próximo año.

teatro y energía Por su parte, el actor y también profesor en Ánima Eskola, Iker Legarda, comenta con sorna que no tiene un personaje en la obra, sino cuatro. "Es una locura", afirma. Interpreta al padre del poeta, "un astrónomo bastante pintoresco enamorado de la luna, que estará totalmente abstraído por un eclipse lunar que acontece durante la obra", desvela Legarda. También da vida a Amigo 2, quien simboliza a un emisario de la muerte y posee una personalidad "bastante fuerte y dinámica", apunta. "Es un personaje nostálgico, que cree en la infancia y en la juventud e intenta llevar al protagonista a su terreno", añade. Asimismo, interpreta a Payaso y a Jugador 3.

Legarda está acostumbrado a las tareas múltiples, ya que compagina sus facetas de actor -acaba de comenzar a trabajar en la compañía teatral Gaitzerdi- y docente con labores de guionista en la productora Pausoka. "Siempre he volcado todas mis energías en el teatro", sostiene. El tiempo no es un problema para él, pues considera que la ilusión consigue equilibrar el estrés y "esa sensación que produce de que no se puede llegar a todo", indica. "Lo importante es no adentrarse en la monotonía y no aburrirse nunca de esta vida", aconseja.

Con esa filosofía, Legarda y sus compañeros procurarán transmitir hoy el sentido de la obra de Lorca y, ante todo, se afanarán en conseguir que el público se emocione, "porque un teatro sin emoción, no puede ser buen teatro", resuelve.