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CUANDO se editó internacionalmente, en una caja lujosa, el propio Elvis Costello llegó a sugerir a sus seguidores que no lo compraran debido a su precio elevado. Ahora que acaba de publicarse en el estado español, en una edición reducida con CD y DVD, solo cabe tildar de maravilla este Spectacular spinning songbook (Universal), el documento sonoro y visual de una gira celebrada el año pasado en la que el azar y los fans del británico asentado en Estados Unidos y casado con Diana Krall, podían elegir entre el vasto repertorio del autor haciendo girar una ruleta. Hay de todo: viejos éxitos, versiones, rarezas y temas recientes. "Así fue más divertido para todo el mundo y todos gozamos de buenas noches de rock´n´roll", explica Costello.

Poca gente involucrada de una u otra manera en el mundo de la música niega que Costello se ha convertido, con el paso de los años y nada menos que una treintena de discos editados, en uno de los autores más importantes de las últimas décadas. Y su último trabajo, que se ha editado con retraso en el estado, no deja lugar a la duda, tanto por la manera en que fue grabado como por su contenido. En él, Costello y sus Imposters ofrecen un CD con hora y cuarto de música gloriosa, grabada durante una gira que realizaron el año pasado y que retomaba una vieja idea que el británico puso en marcha en 1986, en Los Ángeles, y para la que contó con apoyo de músicos como Tom Waits, Jackson Browne y hasta ilusionistas.

La idea era muy sencilla y consistía en que el público eligiera qué repertorio sonaría cada velada haciendo girar una ruleta espectacular en la que estaban escritas las canciones del artista. Casi 25 años después, Costello rescató la idea en Reno (Nevada) y realizó una gira que ahora se puede oír y ver, ya que se incluye un DVD con uno de los conciertos completos. "Mis muchos años en este negocio me han enseñado que la audiencia es un grupo de individualidades que se puede transformar en una bestia feroz", asegura Costello desde "el respeto y el afecto". Eso sí, el músico, con ironía, asegura que en esa gira "democrática" y con el público más partícipe que nunca, "tuve siempre la precaución de tener siempre a mano una silla y un látigo".

El resultado final no admite ni un pero. "Todos vivimos un gran tiempo de rock, el público nos dejó muchos testimonios y nunca esperamos encontrar tanto corazón y emoción en medio de tal circo, lo que hizo que se derritiera mi cruel corazón de vodevil", explica el autor de Shipbuilding, que llegó a ver cómo uno de los fans pidió matrimonio a su pareja -y esta aceptó- tras utilizar la ruleta. A lo largo de una hora y cuarto, se sucede un repertorio mayúsculo integrado por viejos éxitos y favoritos con nuevos arreglos, lo que él llama "futuros éxitos", canciones raras y poco escuchadas en directo y hasta algunas versiones. "Fue la rueda del público pero la casa siempre gana", explica Costello con su ironía habitual.

Spectacular spinning songbook, en el que musicalmente destaca la labor del batería Pete Thomas y el teclista Steve Nieve, Atracctions que Costello conoce desde hace más de 30 años, se inicia con canciones repletas de fuerza eléctrica, en las que recupera aquella fiereza de sus inicios, en canciones como Heart of the city, Radio radio o Mystery dance, que van de la new wave al rock, todas ellas encadenadas y sin descanso. El negroide Everyday I write the book, con ecos de soul y funk, abre un espacio central sin mácula, donde conviven la seda de God give me strengh, que compuso junto a Burt Bacharach; el mítico reggae de Watching the detectives; la participación de la líder de Bangles, Susanna Hoffs en Tear off your own head…; y el lirismo desnudo de la poco habitual All grown up, solo con piano y voz.

Después de que Costello rescate una versión de Out of time de Rolling Stones, entre el pop y la psicodelia, regresa la electricidad en la recta final del disco, en el que se encadenan Lisptick voegue, Man out of time, la recientísima National ramson y el ya mítico (What´s so funny `bout) peace, love and understanding, de Nick Lowe, como cierre insuperable del álbum. "Fue sorprendente", explica Costello en el folleto del CD, en el que no descarta repetir la idea y anima a sus fans a acudir si la gira pasa por su ciudad. Internet ofrece la oportunidad de recuperar esos otros clásicos -Shipbuilding o (I don´t want to go to) Chelsea- que sonaron y no entraron finalmente en este trabajo.