donostia. Existe poco rastro del cine mudo vasco, aunque las dos películas que abrieron camino en los años 20 se han conservado -una de ellos parcialmente- hasta nuestros días, custodiadas por la Filmoteca Vasca. El primer largometraje concebido en Euskadi, Edurne, modista de Bilbao, lo firma Telesforo Gil de Espinar quien, además de dirigir, escribe el guión, supervisa la cámara y hace un doble papel. Si Edurne, modista de Bilbao reflejaba la vida en una ciudad industrial, El mayorazgo de Basterretxe, de los hermanos Azcona, se inserta en la tradición agrícola y subraya su condición de "película de ambiente nacional vasco", tal y como declara su cartel. Entre los Azkona y Gil de Espinar hubo, pese a sus diferentes preferencias narrativas, claras conexiones. De hecho, los hermanos reconocieron que el funcionario de Correos, que publicaba crónicas cinematográficas en La Gaceta del Norte, les ayudó mucho. Además, toda referencia al cine mudo vasco está incompleta sin nombrar a Harri d'Abbadie, de la famosa saga de Iparralde, que fue ayudante de Chaplin en películas como Una mujer de París o La quimera de oro, hasta que ambos se enemistaron.