gernika-lumo. Desde el trabajo en el estudio, laboratorio donde se analizan los proyectos, hasta su colocación en la calle, donde los ciudadanos que la recorren interpretan cada día el significado de las obras. Mostrar esa evolución es la finalidad de la exposición que desde ayer hasta el próximo 8 de abril ha dispuesto en el Museo Euskal Herria de Gernika-Lumo la escultora altsasuarra Dora Salazar.
En ella se exhibe una selección de cuatro esculturas de su trabajo literario-artístico titulado Cuentos para adultos, además de maquetas y 16 dibujos del mencionado libro. "Las esculturas son diferentes a otras muestras anteriores, ya que cambia el espacio de exposición, y esta sala del Museo Euskal Herria las hace como si estuvieran en sus propias casas", se felicitaba la escultora, al contemplar a sus cuatro Princesas.
Sin embargo, el revelador título de Dora Salazar. Del estudio a la calle muestra bien a las claras que el principal objetivo del certamen es descubrir a los espectadores la evolución que siguen sus trabajos -dibujo-maqueta-pieza-. "He querido recopilar bocetos, maquetas y esculturas de obras que tengo repartidas por toda la geografía de Euskadi para explicar la interrelación entre el estudio y la calle, y la manera en la que abordo lo público desde lo privado, y así establecer un vínculo más íntimo con las personas y los elementos del lugar", desveló Salazar.
Bestiario y Campanilla, en Iruñea; Fuente Oreja o La Sirena y los Ícaros, en Gasteiz; A Través De, su obra más conocida ubicada en Zarautz y Homenaje a Clara Campoamor, en Donostia, son algunas de las obras cuyo origen desgrana la escultora navarra, que también deja intuir lo que serán sus próximos proyectos: Sirgueras, que será instalado junto al Puente Colgante, o Mujer Árbol, un encargo de la Fundación Kutxa, cuyas imágenes se reproducen en el catálogo editado con motivo de la exposición.
Al acto inaugural de ayer acudió la diputada foral de Cultura, Josune Ariztondo, que destacó el gran trabajo realizado por Dora Salazar en su dilatada trayectoria en la que "ha tratado de hacer que sus obras sean populares, una novedad que es de agradecer, ya que en muchas ocasiones se dirigen a las élites. Ha hecho que veamos su obra con expectación", subrayó Ariztondo.
De hecho, la adaptación a la ubicación y establecer una relación íntima con las personas que habitan y recorren el lugar son importantes para la artista. "Cuando a una le encargan obras para colocarlas en la calle no es consciente de la cercanía que suponen porque la gente tiene que interpretar su significado, y eso es una responsabilidad, mientras que en la galería es más aséptico", evaluó. Entre las singularidades que presentan el trabajo en la calle, Salazar recordó la evolución que siguió su obra Sirena, "cuyas piezas fueron poco a poco desapareciendo y, finalmente, no quedó nada. Son cosas que pasan en la calle", se consoló la artista.
Salazar establece incluso unas premisas sobre las que construir el arte de la calle: el espacio urbano es de todos, humanizar la escala al lugar, la horizontalidad y su alternativa al monolito, o el mundo simbólico alternativo, centrado principalmente en el universo femenino, son el mantra sobre el que se basa su creatividad.
Visibilización femenina En este sentido, cabe destacar que la exposición recién inaugurada ayer se enmarca dentro del programa de promoción y visibilización para las creadoras vascas que la Diputación Foral de Bizkaia viene desarrollando en los últimos años -con Mavi Revuelta o Eulalia Abaitua, entre otras creadoras cuyas obras han pasado por el Museo Euskal Herria-. Por ello, además, el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Dora Salazar acudirá al centro cultural gernikarra a explicar su obra, con motivo de los actos conmemorativos de la efeméride.