Bilbao. Si el paso del escultor vizcaino Jesús Lizaso por la octava edición de la Florence Biennale ya estaba siendo feliz y fructífero, al término de los nueve días de feria, el pasado domingo por la tarde, el artista vasco saltó de alegría al saber que había obtenido la Medalla de Oro de Escultura. "Ni me lo creía cuando oí mi nombre y lo vi en una pantalla, pues el primer premio, entre tantos artistas, era muy difícil de conseguir", manifestaba ayer a DEIA, entusiasmado. Más de mil personas acudieron al acto de entrega de galardones y el máximo de escultura fue otorgado a Lizaso, a quien ya habían ido felicitando colegas, organización y público.
El hecho de que la bienal florentina haya reunido a 700 artistas de más de 70 países ha alegrado a Lizaso en dos sentidos. Por un lado, porque eso realza el valor de su dorada medalla Lorenzo el Magnífico y el diploma que el presidente de la Biennale, Pascuale Celona, le entregó el domingo. Pero, además, porque Lizaso ha observado que este encuentro internacional "invita mucho a la conexión entre artistas. Mientras recibía el premio, los miembros del jurado asentían con la cabeza. Ya me habían dicho antes algunos colegas que me iban a premiar. He visto el cielo", narra el creador.
Las Ortotropías que Lizaso ha exhibido en Italia son "sencillas pero impactantes", según su autor, y responden a una laboriosa búsqueda de apariencia de ductilidad de la madera. Tras "muchas horas de taller" Lizaso ve "recompensados" sus esfuerzos por no estancarse, y este premio le "pone las pilas para una temporadita, en estos tiempos tan difíciles". De hecho, el escultor vizcaino -que ayer llegaba a París para ver al Athletic- ha trabado amistad con unos artistas holandeses y quizás pueda maridar con una galería en Santa Fe, si bien es consciente de lo difícil de "mover obra a través del Océano". Ahora tiene opciones nuevas.
Entre las menciones de la Biennale se encuentran las de Ágatha Ruiz de la Prada, Jeff Koons y el mexicano José Luis Cuevas.