MANUEL Román, que se presenta como titiritero, lleva 30 años haciendo muñecos para teatro, cine y televisión, aunque él prefiere llamarlos muñecos animados "porque cuando están en escena recuperan el alma". Manuel es el director artístico y uno de los propietarios de la empresa Ramón y Cia Muñecos Animados, situada en una nave industrial de Colmenar Viejo (Madrid), de donde han salido muñecos tan conocidos como Los Lunnis o los Real Pets. Además se ha encargado de los efectos especiales de varias películas como La gran aventura de Mortadelo y Filemón, por la que ganó un Goya.
Estos días se pueden ver en Bilbao algunas de las creaciones que han salido de su factoría. En el Teatro Arriaga se representa hasta el 4 de septiembre Avenue Q, el musical de gran éxito en Broadway y Londres, que reúne en el escenario a actores y actrices que intentan olvidarse del 50% de su cuerpo y mente para dárselo a los muñecos creados por Manuel. "Había visto el espectáculo y me encantó, así que cuando la compañía Yllana me propuso recrear los personajes que viven en la Avenue Q me fascinó la idea", confiesa este mago de los muñecos.
A lo largo de estos 30 años, Marionetas animadas se ha convertido en un gran laboratorio de investigación, donde se han utilizado nuevos materiales, complejas mecanizaciones, diferentes formas de manipular y arriesgadas puestas en escena para dar respuesta a un mercado muy exigente y en constante evolución. La empresa afincada en Madrid se ha llegado a convertir en una de las pocas en el mundo que fabrica muñecos de calidad para la industria del entretenimiento. Solo la británica BBC (Los Teletubbies) y la compañía estadounidense sucesora de Jim Henson (creador de los muppets y de personajes como la rana Gustavo de Barrio Sésamo y Los Fraggle, entre otros) se encuentran en la misma línea de creación.
en el taller En este laboratorio han dado vida a más de 150 personajes, utilizando solo procesos artesanales en un momento en el que la animación en 3D domina el mercado audiovisual.
La creación de un muñeco pasa por distintas fases. Hay muchas horas de trabajo desde la primera idea y el primer boceto hasta su configuración real y puesta en escena. Algo que sabe muy bien Manuel Román. "A la hora de crear un muñeco no solo se idea físicamente sino que se le dota de alma, de un perfil psicológico concreto de tal manera que el público sabe perfectamente cómo va a reaccionar, cómo siente, cuáles son sus emociones... Se trata de crear un muñeco para que cobre vida ante las cámaras, en un escenario. Hay que crear un personaje de una forma sencilla para que el mensaje llegue al espectador con claridad", cuenta este titiritero.
En el caso de Avenue Q los muñecos han sido concebidos y diseñados por Rick Lyon. "Nosotros hemos respetado al 100% la versión americana, hemos reproducido los diseños, lo que a veces es más difícil porque los materiales ya no se pueden encontrar, han desaparecido. Para Los Lunnis nos pasaron unos primeros bocetos, pero hubo que transformarlos en el taller porque no se adecuaban a nuestras necesidades. Los Patata, 7 Pets o Gomaespuma son creaciones al 100% nuestras", explica Manuel.
Tras el diseño, llega la hora de comenzar a darles forma en el taller. "Lo más fácil suele resultar lo más complicado. Ese es el caso de los muppets, estos muñecos de bocas grandes creados por la compañía del estadounidense Jim Henson, que en algunas ocasiones solo pueden mover la cabeza. Tienen una gran dificultad, parecen muñecos extremadamente simples, básicamente no tienen nada: dos redondeles que son los ojos, una nariz... Y, sin embargo, tienen una personalidad muy fuerte. Precisamente, la complicación está en dotarles de una gran personalidad con tan pocos elementos. Hay que convertir un trozo de trapo en un gran comunicador", explica este artista.
¿Y de qué están hechos? "En ningún sitio del mundo hay materiales específicos para construir muñecos. Lo que nosotros hacemos es investigar mucho, probar muchos materiales. No tienen que ser extremadamente rígidos, ni pesados, ni blandos, ni que pierdan la forma con facilidad... Buscamos tejidos que sean elásticos y que se puedan teñir. En realidad, básicamente son de goma espuma y tela, lo que ocurre es que son goma espuma y telas muy elegidas. Y además tienen que ser fáciles a la hora de trabajar luego en el escenario con ellos. Hay que conseguir que la mano del manipulador respire, que no sea de goma por dentro porque el sudor se acumularía y acabaría deteriorándolo".
goya Los personajes de Manuel Román han protagonizado teatro, televisión y publicidad. "Estoy especialmente orgulloso de mi último muñeco, el erizo del anuncio de la compañía de seguros Génesis, que se emite en televisión", comenta Manuel Román.
Pero sus creaciones también han trabajado en la gran pantalla. "Me llamó Javier Fesser cuando pensaba rodar Mortadelo y Filemón. Se dio cuenta de que necesitaba muñecos porque había muchos efectos como golpes, atropellos, caídas, que, por supuesto, no podía hacer un actor porque lo matas (se ríe). Hubo que hacer varias copias de todos los muñecos ya que en algunos planos les pasaban los coches por encima".
Crear muñecos de calidad requiere especialización, pero como ellos mismos indican, no se aprende en una academia. "En la actualidad, no hay ninguna escuela que enseñe esta profesión. Si los jóvenes se sienten atraídos por este mundo, les aconsejaría que estudiaran Bellas Artes e Interpretación. En realidad, es una conjunción de las dos disciplinas: el arte y el teatro". Una profesión que según este artista es una de las más antiguas del teatro. "El títere está en el inicio del teatro o, como algún autor defiende, es el inicio de él. Antes de que se pensase en un escenario, los títeres ya danzaban en las ceremonias rituales".