zumaia. En Zumaia todavía recuerdan los comentarios que suscitó, en 1945, la muerte de Ignacio Zuloaga. Estos días, en la localidad guipuzcoana, el pintor eibarrés vuelve a ser tema de conversación por la preocupación que suscita el futuro de su legado, considerado la colección privada de arte más importante del País Vasco, tras el reparto de la colección entre sus tres nietos.

Ignacio Zuloaga y su mujer, Valentina Dethomas, tuvieron dos hijos, Antonio y Lucía. Ésta, casada con Enrique Suárez Rezola, dio tres nietos al artista: Ramón, María Rosa y Rafael. El legado del pintor ha sido fuente de controversia y litigios judiciales entre los tres hermanos, que parece haberse resuelto, finalmente, con la división en tres partes de la colección de su abuelo.

Desde el pasado viernes, día en el que se hizo efectivo el reparto, en Zumaia se ha extendido la idea de que la colección se perderá poco a poco, "como ha ocurrido con Chillida Leku", puntualiza un vecino, o se llevará a Segovia, al castillo de Pedraza que Zuloaga adquirió en 1925. "Eso se ha dicho tendenciosamente para atacarnos, porque es todo lo contrario, somos nosotros los que vamos" a Zumaia, replica Ignacio Suárez-Zuloaga, hijo de Ramón Suárez Zuloaga, que se muda a la casa familiar. Ignacio Suárez-Zuloaga explica, desde su residencia en Segovia, rodeado de cajas, sus planes para Santiago Etxea: se convertirá en la sede de la Fundación Zuloaga y recobrará el espíritu de las primeras décadas del siglo pasado, cuando vivía su bisabuelo: constituir un punto de encuentro de intelectuales, investigadores y artistas. "Estamos muy emocionados, preparando en estos momentos la mudanza. Nuestro objetivo principal era que la fundación se estableciera en Euskadi; estuvimos buscando una localización y hablamos con el Gobierno vasco a ese respecto; lo que era absurdo era ir a Zumaia y tener en el mismo pueblo dos museos Zuloaga", indica.

La permuta de escenarios, que comenzó a cristalizar en marzo, coloca a María Rosa Suárez Zuloaga, que se ocupaba hasta ahora del museo de Zumaia -con obras de Goya, Rodin y El Greco-, en Segovia. María Rosa anuncia "otra maravilla" en Pedraza. Entre el patrimonio que se trasladará a Castilla-León figura el retrato familiar que trazó el pintor guipuzcoano. "El patrimonio está bien repartido y lo que se queda en el País Vasco es muy importante", subraya.

El tercero de los hermanos, Rafael, se erige en el propietario único del museo, ahora cerrado al público y que abrirá en una fecha sin precisar con un planteamiento distinto. Hasta su cierre, el museo permanecía abierto de abril a septiembre, las tardes del miércoles al domingo, además de las reservas de grupos y visitas guiadas con cita previa.

la atenas vasca El proyecto de la fundación se encamina en otro sentido. La apertura de Santiago Etxea supuso, a partir de su inauguración, en 1914, "la atracción a nuestro pueblo de los principales personajes del panorama cultural: Ortega y Gasset, el mejor pensador que ha tenido España, y Belmonte, un artista de raigambre popular, veranearon allí muchos años con el pintor número uno de Europa", evoca Suárez-Zuloaga. También pasaron temporadas creadores como Unamuno, los Baroja, Falla, Azorín, Hemingway, Marañón, Pérez de Ayala, Larreta... La villa del Urola se convirtió en un lugar que aparecía frecuentemente en la revista Time y en periódicos como Le Figaro y The New York Times", reseña.

"Zumaia fue, verdaderamente, una especie de Atenas", enuncia el presidente de la fundación. "Un hombre que fue botones del desaparecido hotel Amaya me contó que se veían varias decenas de automóviles en los años 20", una de las estampas inusuales que deparó a Gipuzkoa esa concentración de talento. "Fue una etapa gloriosa para Zumaia", sostiene.

Esa atmósfera de ágora se quiere reproducir ahora. "Santiago Etxea fue un lugar de encuentro de grandes personalidades y nosotros vamos a tratar de volver a reunir allí a creadores y estudiosos de nivel internacional", acota. "Hay artistas que queremos que vengan y lo utilicen. Una casa no puede ser un sitio de alto tránsito pero sí puedes abrirlo a visitantes cualificados, como lo fue en el siglo XIX".

En la casa familiar se asentará el archivo epistolar -"impresionante, como ningún otro en Euskadi"-, la hemeroteca -"tenemos diez álbumes solo con artículos de periódicos"-, la fototeca -"con decenas de miles de fotografías"- y una biblioteca plagada de primeras ediciones de escritores que pasaron por allí, y que va a ser digitalizada "inmediatamente, asunto en el que el Gobierno vasco está muy interesado".

divulgación El Ejecutivo de Gasteiz y el Ministerio de Cultura están al tanto de este proceso que Suárez-Zuloaga califica de "conflicto a escala pequeña del que tenemos a nivel general en la sociedad: crisis importantes y prolongadas". "Llevamos muchos años con este asunto. Vamos a ver si somos capaces de superarlo". Aún restan reuniones entre las tres partes. "Cuando no es posible estar juntos, lo mejor es que cada uno tenga lo suyo y siga sus propios proyectos", asume.

"Nosotros tenemos el nuestro muy claro", asegura. La fundación, ideada por Suárez-Zuloaga, profesor y consultor de empresas, su esposa, la abogada y museóloga Margarita Ruyra Andrade, y el historiador Juan Pablo Fusi en 2008, posee dos líneas de trabajo. Por un lado, la investigación de la saga de los Zuloaga. Por otra, la divulgación gratuita de contenidos, a través de tres portales de Internet -el primero de un periodo histórico (Modernismo, 98 y 14); la puesta en marcha de uno dedicado a las vanguardias del 27 y 36; y los Zuloaga, no solo ceñido a la saga sino a todo su ecosistema creativo, rivales y colaboradores- y su propio canal de vídeos pedagógicos. Además, están estrechando lazos en Estados Unidos con hispanistas, instituciones culturales y departamentos de arte y literatura de universidades de investigación, "objetivo prioritario en los próximos años".

homenaje en zumaia Un esfuerzo acorde al carácter internacional de la obra de Ignacio Zuloaga, y a su tenaz afición a la libre circulación de ideas. María Rosa Suárez-Zuloaga ha recordado en alguna ocasión que sus abuelos "recibían en Santiago Etxea a personas con visiones y posiciones políticas muy diversas". "Debatían con vehemencia y, a menudo, exponían opiniones contrapuestas, de ahí que mi abuela a veces les hiciera salir a algunos por la puerta trasera, porque venían otros visitantes con los que no querían coincidir".

La puerta por la que abandonará Zumaia la nieta del pintor será más agradable. El día 3 de septiembre, María Rosa, que se ha ocupado del museo Zuloaga desde que enviudó a los 36 años, desde ese primer tributo a Beobide, recibirá un homenaje en la sala de exposiciones Oxford de Zumaia, por parte de "los artistas de la zona" con los que ha tenido vínculo a lo largo de estos años.