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Chema Madoz, dadaismo y concepto

donostia

AUNQUE no es la primera vez que Chema Madoz (Madrid, 1958) expone en Donostia, en esta ocasión muestra en la Casa Okendo de la ciudad la muestra ofrecida por el Ministerio de Cultura con ocasión de la concesión del Premio Nacional de Fotografía 2000. Fotógrafo reconocido por el mercado y la historiografía presenta una fotografía objetual de raigambre conceptual y dadadista, en la que el autor juega con los objetos, trastocando y jugando con los significantes, dando así a éstos múltiples posibilidades y significados diversos. Surge así el juego entre el autor y el espectador, al que se le exige también una participación activa.

Fotografía en blanco y negro, presenta a los objetos de la vida cotidiana, autónomos y universales, copas, cucharillas, cartabones, marcos, gotas de agua, partes del cuerpo, mapas, con los que el fotógrafo juega, reconstruye, y recompone la realidad, ya antes de plasmar su fotografía en blanco y negro, y con luces naturales. Surgen así las visiones órficas y dadaistas de una corbata hecha con un marco, un velero con dos cartabones, o una partitura musical trazada sobre un cartabón de plástico. Surge así la magia y el embrujo de la mirada del demiurgo, que es capaz de construir un nuevo cosmos con la magia de su inteligencia y de su mirada, que nos lleva a contemplar con ojos nuevos el misterio y las diversas posibilidades que encierran los objetos con los que convivimos, casi sin darnos cuenta de ello.

Treinta fotografías componen esta muestra denominada "Poética" por el mismo autor, con lo que ya nos conduce a los intersticios de sus propuestas y al punto de vista con los que quiere sea contemplada. Una mirada dulce y mágica, nada alterada ni alambicada, repleta de luces naturales, serena y extraña. Una mirada que muestra las múltiples posibilidades que encierra el ojo del creador, cercano a menudo al del diseñador o al del constructor de objetos y esculturas. Una mirada múltiple, atenta, mágica y poética.

Y es que este tipo de propuestas conceptuales exige del creador tener ya todo sumamente preparado y cuidado antes de disparar el obturador, tener ciertamente previsto de antemano el resultado. La imagen es el resultado de una idea, de un concepto, que supone y presupone tener elaborado aquello que pretendemos comunicar ya de antemano. Madoz lo hace además con poesía y frescura, con una mirada ingenua, que nos lleva a descubrir lo mejor que hay en cada uno de nosotros de demiurgos, de magos, de constructores de nuevas realidades.