donostia
lA tercera exposición que organiza la sala Menchu Gal del Ayuntamiento de Irún está dedicada a grabados de Eduardo Chillida, y dibujos de Menchu Gal. Dos autores que se conocieron en vida, mantuvieron una amistad y reconocieron el valor de sus respectivas obras. Ambos están hoy en día reconocidos por la historia del arte y el mercado.
En esta ocasión, la Sala Menchu Gal presenta en sus dos salas de exposiciones grabados del escultor y grabador donostiarra (1970-1990) y dibujos de la pintora irunesa (c.1940-50).
Chillida comenzó a grabar en el año 1956 para la revista Derrièr le Miroir, con motivo de su primera exposición en París, y publicó dos xilografías, hoy no conservadas, editada por Aimè Maeght. Sus primeros aguafuertes firmados y numerados los realizará sus primeros aguafuertes firmados en el año 1959, a los diez años del inicio de su escultura: Glisements des limites I y 2. No se trata de bocetos ni de copias de sus esculturas, sino de complementos, proyecciones tridimensionales de la misma. Pero no será hasta mediados de los 60 cuando su obra adquiera importancia cuantitativa. Sus grabados son preguntas sobre la situación del hombre en el universo. Chillida siguió creando grabado casi hasta el final de su vida.
Ignacio Chillida y Mónica Bergareche, que crearon junto a su padre el taller Hatz de impresión en el año 1977 han seleccionado una hermosa colección de grabados para esta muestra, que van desde 1970, Aundi, pasando por 1973, Esku, hasta 1989, Ludiko, y 1990, Einkatu. Se muestra así todo un proceso y desarrollo de aguafuertes , xilografías y litografías que va desde las formas más geométricas y negras, pasando por las manos más figurativas, hasta los planteamientos más conceptuales y minimales de las últimas décadas. Se presentan además planchas de cobre y madera, buriles, y fotografías del artista grabando.
En la sala pequeña se presentan varias series de dibujos sin datar de Menchu Gal, dibujos de parques y jardines, probablemente, de París, realizados a lápiz, así como desnudos femeninos, ejercicios de escuela, realizados a tinta, algunos de ellos, muy recios y muy buenos. Junto a ellos cabezas de hombres y mujeres, así como autorretratos de carácter más cubistificado. La influencia del fauvismo y del cubismo es notoria en estos dibujos, que muestran la estructura y las entretelas de su pintura.
La exposición, pese a su tamaño reducido es magnífica, y bien merece una visita, y ha sido montada gracias al mecenazgo de Kutxa.