LA segunda jornada de subasta de arte de posguerra y contemporáneo de Christie"s, en la que se vendieron más de trescientas obras de artistas tan dispares como Andy Warhol, Damien Hirst o Antoni Tàpies, arrancó con la subasta de siete obras de Eduardo Chillida pertenecientes a Frank Ribelin, el gran coleccionista estadounidense fallecido el año pasado, amigo del escultor donostiarra, y que ayudó a lanzar su carrera internacional. Los seis trabajos en papel y el mural sumaron los 513.834 euros en conjunto.

Cuando el maestro de ceremonias, el director de Christie"s Alemania, Andrea Rumbler, anunció desde su atril que el primer lote que salía a subasta era Gravitación, el collage que Chillida creó en 1989, las pujas por teléfono -en la actualidad la mayoría se formulan de este modo- no se hicieron esperar: esta pequeña obra, cuyo precio situaba la casa de subastas entre 17.000 y 22.000 euros, se la llevó una persona que pujaba desde el público. Al salir de la sala, pidió que se mantuviese su anonimato y el de la colección privada italiana a la que representaba, pero no ocultó a DEIA su "satisfacción" por haber logrado su objetivo, ya que había asistido a esta subasta "exclusivamente por esta obra", que adquirió por 158.034 euros.

Las piezas de Chillida se vendieron a gran velocidad: desde la más antigua de todas -Espalda de mujer-, hecha en tinta sobre papel en 1949 por la que se pagaron 16.307 euros, a uno de sus collages sin título de 1984, que alcanzó los 47.025 euros. Otra de las que superó con creces la estimación inicial es el Mural G-43, hecho a base de terra chamota y óxido de cobre por la que un coleccionista anónimo ofreció 150.918 euros. Lo que hace estas obras especiales, según los especialistas, es que permiten a uno adentrarse en la mente de Chillida y entender cómo intentaba dar forma a sus ideas. Gravitación, que casi alcanzó los noventa mil euros, es precursora, por ejemplo, de De Música, la escultura que un año después se inauguró frente el Dallas Symphny Center, y que se convirtió en la primera en instalarse en un espacio público en Estados Unidos.

Récord El miércoles por la noche, durante la primera sesión de la subasta, se vendieron tres piezas que Christie"s exhibió con orgullo. "No todos los días hay obras de gran calidad como estas y de perfiles y materiales tan diferentes", comentó la especialista Beatriz Ordovás. "Compradores que hace tiempo que no se les veía salieron de debajo de las piedras para pujar por Chillida", destacó. Lo profundo es el aire XX de 1988, que alcanzó el segundo récord del artista en subasta, se vendió por 1.716.529 euros por teléfono a un comprador anónimo. "Es muy raro ver una obra como esta en subasta, de este tamaño y de este material porque hay muy pocas. De hecho este es el precio más alto alcanzado hasta ahora por una obra de alabastro de Chillida", confirmó Ordovás. El récord del donostiarra se batió en 2006 con Rumor de límites VI que se compró por casi 2,4 millones de euros.

Elogio del Vacío (1984), de acero, se vendió a un comprador privado de Estados Unidos, que se hizo con ella por 1.049.568 de euros, tras una reñida competición entre once candidatos, algunos de ellos presentes en la sala, mientras que Mural G-46 se vendió por 601.752 euros a una colección privada europea, superando también el precio estimado inicialmente por los expertos. El ritmo de la subasta era trepidante: prueba de ello es que la venta de estas tres obras de Chillida se cerró en menos de cinco minutos y medio. El maestro de ceremonia en esta ocasión era el carismático presidente de Christie"s Europa, Jussi Pylkannen, que con una gran dosis de humor británico arrancó risas del público, pero, sobre todo, de los millones de los compradores potenciales. Diez segundos después de que comenzase la puja por la obra estrella -un autorretrato de Warhol de 1967- el precio ya se situaba en los 3 millones de libras. "Give me 8!" (¡Deme 8 millones!, gritaba) "Would you give me 9?" (¿Me ofrecería 9 millones?). Al final, el cuadro casi alcanzó los trece millones de euros. Otro de los titulares de la subasta lo generó Miquel Barceló, cuya obra taurina Tres equis (1990) superó el millón y medio de euros, batiendo así el récord en subasta del pintor mallorquín de 53 años.

chillida, artista global Esta última subasta de Christie"s ha probado que Eduardo Chillida es un artista global: las pujas por sus obras no solo se hicieron desde Europa, España incluida, sino desde América del Norte y Asia. Siempre había contado con un mercado muy sólido en el Estado, pero desde 2001 el reconocimiento del artista vasco ha ido en aumento. Y es que, como afirmó ayer Beatriz Ordovás, "cuando hay calidad, los compradores no quieren dejar pasar la oportunidad porque no se sabe cuándo habrá otra obra como estas en subasta".

Además, aunque en el mundo del arte algunos adquieren piezas para especular, Ordovás confirmó que "ninguno de los que pujó por Chillida lo hizo por ese motivo. Eran coleccionistas de primera línea que no buscan cualquier cosa. Los que especulan siempre pujan a la baja y no fue el caso".