De aventuras y aventureros
La Sala Rekalde acoge las propuestas de los artistas becados por la Diputación Foral de Bizkaia
bilbao
ON the road es un buen título. Sobre todo si se considera de modo genérico. Pero también es un manifiesto de la beat generation, cuestión que interviene en la recepción y propone inevitables asociaciones entre las obras que se exponen y el planteamiento vivencial y estético del autor de la frase, Jack Kerouac (1922-1969). Los contextos son muy diferentes y los trabajos de los siete becarios poca relación tienen con aquel estilo sencillo, directo y espontáneo de una aventura cuyo itinerario se extiende a lo largo de la mítica autopista 66. Siempre se está de viaje, en la vida como en el arte. Pero unas veces la travesía no se realiza al azar e instintivamente sino con la plena conciencia de la investigación o de una manera planificada, aprovechando sinergias entre lo imprevisto y la noción de un proyecto en marcha o está sólidamente construido. Algún autor viaja de modo literal, otros metaforizan la experiencia y la aplican a voluntad cognoscitiva e interés crítico. Una colectiva en la que junto a propuestas de formación, más que pura y esencialmente artísticas, hay unos trabajos espléndidos donde los autores buscan y encuentran al mismo tiempo el pálpito de una visión personal.
Quien más se ajusta a la genérica denominación del viaje es Jasone Miranda-Bilbao (1964). Las obras son el resultado de encuentros que acaba planificando para construir respuestas conscientes. Sus dos correctos paisajes que se pierden en el infinito de una línea de horizonte neblinosa y situada hacia el centro de la composición, denotan la extrema sensibilidad de la mirada. La misma que se manifiesta en el corto The Odissey at a Cinema by the Railway Station (2009). Una filmación que recuerda a Vida de imitación de Ming Wong (1971), mención especial en la última Bienal de Venecia, cuya intervención también propone relaciones entre los contenedores y los contenidos, las traducciones visuales y la cotidianeidad de los espectadores.
Marion Cruza Le Bihan (1982), tampoco se aleja demasiado de la idea general que preside la colectiva. Propuesta en suspensión que tiene algo de imprecisa incógnita al entrecruzar tránsitos y conocimientos. Así, participa junto a otros compañeros en la filmación de unas performances que se sitúan entre la conciencia artística del acontecer y la vitalidad cotidiana de la fiesta. Búsqueda que se prolonga en la reflexión que conlleva la elaboración de una tesis doctoral que está en proceso.
Luna Pérez-Visairas (1980) y Álvaro Martín (1978) registran importantes aprovechamientos técnicos. Dignifican el conocimiento adquirido y lo ponen a prueba en el mundo de la imagen. La primera vive entre Londres y Bilbao, desarrollando una serie de estudios fotográficos cuyos desnudos tienen carácter esteticista. Los resultados son desiguales en lo que se exhibe del segundo: Atentas instantáneas obtenidas en Ezkerraldea y acertadas participaciones como autor de un audiovisual y como director de fotografía en un corto cuyos contenidos y estéticas difieren. Las otras tres aportaciones resultan más consistentes y también son muy versátiles en el uso de distintos procedimientos. Han sido concebidas por creadoras que se exponen y exponen habitualmente.
Welcome to the New Paradise (2009) indica el letrero de una valla publicitaria que sobrevuela el caos urbano. Propuesta fotográfica de Itziar Barrio (1976) que se amplía con un assemblage audiovisual y una vídeoanimación. En todos los casos muestra la existencia de amenazadores paraísos artificiales. Crítica articulación para una sociedad en la que los festivos cohetes son explosiones bélicas y donde el tedio y la carencia de pensamiento se confunden con la felicidad y el bienestar. Para la artista, Las consecuencias son claras, uno de sus títulos.
Los trabajos de Nadia Barkate (1980) proponen distintos enmascaramientos y ocultaciones. Figuras humanas fotografiadas o dibujadas que transitan entre la autenticidad de la convulsión amenazadora de los pueblos boscosos y la teatralización de la geométrica organización plástica que parece proceder de las vanguardias analíticas. De la organicidad de los ritos de paso en las tradiciones antropológicas a la idealización abstracta en el mundo del arte.
El proyecto de Usoa Fullaondo (1979) es complejo y plural. Utiliza estrategias diferentes a la hora de abordar la expresión adecuada. De modo acumulativo propone un inevitable tránsito entre objetuales pomos de puerta, pequeños y secretos collages junto a pintura directamente aplicada sobre el muro, así como banderolas o calados tapetes que portan las frases Se acaba la fiesta y No quiero que te hagas daño nunca más. Es como un diario personal que nos acompaña. Como indica el título de una de sus obras Sentimos miedo en la selva de los símbolos y hacemos que suenen las trompetas. Oteiza decía que las aventuras deben ser locas pero el aventurero tiene que estar cuerdo. Una trama de complicidades entre el yo y el nosotros.
La exposición facilita información acerca del arte joven que se hace en Bizkaia. Pero también es notaria del dinero invertido en investigaciones y propuestas artísticas. Se trata de observar y experienciar los aprovechamientos de los becarios de la Diputación Foral de Bizkaia.