iruñea. Ya estuvo en el Festival de Jazz de Gasteiz en 1992.
Sí, aunque apenas tengo recuerdos. Tengo muchas ganas de volver. Además, Christian McBride, por ejemplo, me ha recordado lo maravilloso y bonito que es el festival y lo bonita que es la ciudad. Y tengo un par de días libres que quiero aprovechar allí, así que...
¿Cómo será el directo que ofrecerá? ¿Se oirá mucho de su último trabajo, "When you know"?
No, no creas. Tocaremos, sobre todo, el nuevo material en el que estamos trabajando. Al piano estará Peter Martin, al bajo mi buen amigo Reginald Veal, Romero Lumbambo, a la guitarra, y Terreon Gully a la batería.
En su web se refieren a "When you know" como su CD más comercial. Lo entiendo en el sentido de que se trata de baladas de amor donde la pasión se impone a la técnica.
Creo que son canciones de amor fáciles de escuchar y que me encanta hacerlas simples. No diría que son comerciales porque, además, todas ellas tienen su toque de sensibilidad jazzera.
¿Y de ese nuevo material del que hablaba, puede adelantar algo?
La verdad es que es un disco que, probablemente, empezaremos a grabar a principios del año próximo. Pero ya estamos trabajando en él.
Ha actuado con la Chicago Symphony Orchestra, conducida por Daniel Barenboim, también con la Berlin Philharmonic… ¿Se siente usted igual de cómoda participando en estos grandes proyectos que en una banda de jazz al uso?
Por supuesto. Me encantan todas las clases de formación porque te hacen crear distintas versiones de ti misma. Además, me encanta el reto que esto supone. Así que sí, definitivamente me encanta.
Usted tiene una formación clásica, aunque no se puede obviar el hecho de que es de Detroit, cuna de la discográfica Motown y ciudad con una gran tradición musical funk y soul. ¿Veremos alguna vez a Dianne Reeves cantando con una banda de estos géneros?
Al principio de mi carrera solía cantar funk y soul. La gente suele pensar que oigo mucha música cuando me escucha, percibe muchos aspectos personales en mi estilo y, evidentemente, todo lo que escuché de niña, cuando crecía, se plasma ahí.
Fuera del jazz, ¿qué suele escuchar en sus ratos libres?
Bueno, escucho mucha música africana de un tiempo a esta parte. Ahora mismo es en lo que más concentrada estoy. Estoy inmersa en proyectos, en colaboraciones…
Y hablando de jazz...
Ahora mismo hay muchos músicos que me encantan. Me gusta mucho, Esperanza Spalding.
Usted grabó la banda sonora de "Good night and good luck", música de la que oí hace no mucho una crítica que decía: "En un mundo donde triunfan las divas del pop como Britney Spears o Christina Aguilera, que acaparan las portadas, uno se pregunta dónde han quedado las clásicas cantantes y vocalistas". ¿No cree que los verdaderos buenos cantantes no tienen la cobertura mediática que merecen?
Absolutamente. Esto se debe a los designios de la industria. La industria es una parte muy importante en lo que se refiere a crear un tipo de público o un tipo de música, basado en… cómo lo diría… Es como si tuvieran la receta para introducir a gente joven en este engranaje que no siempre cuenta con buenos músicos. Muchos son mediocres, pero la gente les adora. Tengo fe porque hay gente como Esperanza Spalding que sigue con esa filosofía de trabajo duro y constante que nosotras ya hemos recorrido. También hay mucha gente joven y guapa en todo el mundo que viene con un verdadero compromiso. Y creo que la gente les escucha cada vez más.
Sí, pero desgraciadamente para las grandes corporaciones el peso de la imagen es excesivo en ocasiones. ¿Es más importante ser guapo que cantar bien o…?
O que cualquier otra cosa, sí. El cuerpo es demasiado importante. ¿Sabes lo que es realmente fantástico? Ser guapa, joven y talentosa (risas). Talentosa en el sentido de que te sientes seguro de lo que haces y no necesitas que la gente te guíe demasiado. Ser joven y guapo no lo es todo, también está el cerebro.
Le he oído decir también que una de las grandes diferencias que se puede apreciar en su último trabajo reside en las dos guitarras que la han obligado a encontrar otra vertiente de su voz, con un tono más dulce, ligero, que aporta paz. ¿Una verdadera vocalista nunca para de investigar?
No, nunca puedes parar. Me gusta cómo has dicho esto, porque las dos guitarras han sido una inspiración para mí, también he estado de gira con dos guitarristas, tenía una nueva visión, algo nuevo. Es una música más desnuda, más clara. Fue extraordinario porque la voz es mi instrumento y me hizo mejorar mi creatividad en este sentido. Buscar nuevos sonidos dependiendo del momento. Fue muy bueno para mí.
¿Qué referencias tiene sobre la música que se hace a este lado del charco?
Mmm…
Que no sea Paco de Lucía, al que todo el mundo conoce...
Sabe, he vivido mucho tiempo en Los Ángeles y tenía un amigo de Argentina que era un gran bailarín y trabajaba con Carmen Amaya. Solía frecuentar todos los fines de semana su club, donde, a menudo, tocaba Paco de Lucía. Siempre se llenaba y era una experiencia impresionante. Venían muchos músicos magníficos. Después del show, la gente volvía a casa y cantaba, tocaba, se montaban unas fiestas maravillosas y me invitaban a cantar.
¿Se atrevía con el flamenco?
Oh, no. Yo cantaba a mi estilo, cantaba en clave de jazz. Era extraordinario, absolutamente extraordinario. Me encanta esa música, la respeto muchísimo.
Sabe que Paco de Lucía tocará aquí este año.
¿De verdad?
Sí.
La última vez que le vi fue con tres guitarristas, Al Di Meola y… (probablemente John Mclaughlin) no me acuerdo; también solían tocar con un cantante muy bueno. Pero me encanta. Acabo de recordar el nombre del cantante que solía acompañar a Paco de Lucía cuando le veía: ¡Camarón de la Isla!