BILBAO. A veces, las canciones no lo son todo. Los reagrupados Faith no More, cabezas de cartel de la tercera y última velada del V Bilbao BBK Live Festival, carecen de grandes éxitos populares. Además, los grabaron hace tiempo. Quizás por ello, lograron congregar poco más de 20.000 aficionados frente a su escenario. Y ahí es donde la figura de Mike Patton, su vocalista, se hizo grande, dejando anonadado a propios y extraños con una garganta llena de matices, una simpatía arrebatadora y un show repleto de trucos solo al alcance de un animal de escenario. En el otro lado de la balanza, Jeff Tweedy, de Wilco, embelesó con su recital acústico a media tarde.
Los carros blindados del general George Patton pasaron a la historia en las intervenciones africanas en la Segunda Guerra Mundial. Otro estadounidense del mismo apellido, Mike, hizo lo propio en la madrugada del domingo ante 20.890 fans. Dicen que la fe mueve montañas. El lo hizo en los montes de Kobetamendi, que tardarán en olvidar la cita con Faith no More, una banda que vivió épocas de gloria en los 90, junto a Red Hot Chili Peppers y Jane´s Addiction, y que ahora vuelve con The second coming. Mayores, sí, pero más sabios.
Lo de la edad se advirtió en cuanto salieron a escena, todos de traje blanco, excepto el batería. Patton, con bastón añadido y flor en la solapa, mientras el teclista, por imagen, parecía el miembro sexagenario de una orquesta de hotel en Benidorm. Además, rescataron para abrir un oportuno Reunited, de Peaches & Herb. Fue un señuelo. El teclista se mostró como una bestia parda durante todo el recital y Patton, al que pronto le sobró la chaqueta, demostró estar en plena forma, física y de garganta.
Lo demostraron con los primeros cortes, Caffeine, Evidence, Surprise, you"re dead... ! Sorpresa enorme, no estaban muertos! Al contrario, la banda se mostró muy viva y engrasada, alternando la fiereza de las guitarras con un protagonismo inusitado de las teclas, y con Patton como simpático maestro de ceremonias, capaz de alternar un "zer moduz zaudete?" con múltiples chanzas en chicano/italiano macarrónico. Hicieron rock, en ocasiones rayando el metal, pero también soul, funk con fraseos hip hop, punk, standards...
Puede que canciones como Last coup of sorrow, la tremenda Ashes to ashes, Just a man o King for a day no sean populares. No importó nada, todo Dios las disfrutó gracias a Patton, cuya voz pasaba del falsete a lo gutural en décimas de segundo, ayudado por un megáfono o por efectos y distorsiones. Además, no paró quieto ni un momento y se hizo querer -se le perdonó cuando nombró a Puyol "nuevo Rey de España" en la inevitable referencia futbolística ante algunos pocos entusiastas-, interactuando con sus fans, cantando con ellos o meciéndose y "surfeando" entre sus brazos.
Con su repertorio propio, con "picos" como Stripsearch y Digging the grave, ya en los bises, el grupo no se cortó y completó su actuación con una desprejuiciada selección de versiones, de la instrumental Chariots of fire, de Vangelis, a clásicos del soul -Ben, de Jackson 5, y Ease (like sunday morning), de Commodores-, para acabar despidiéndose con uno de los hits del mítico Burt Bacharach, This guy"s in love with you. Patton enamoró a todos, entre botes y sonrisas constantes.
Tweedy al desnudo Algo parecido hizo Jeff Tweedy, ante un público infinitamente más reducido y a media tarde. El líder de Wilco no necesitó más que media docena de guitarras y una armónica, para ofrecer uno de esos conciertos diferentes, sensibles y emotivos de los que el buen aficionado y conocedor de los discos del grupo estadounidense nunca olvidará. Antes de salir Tweedy a escena, sonó Johnny Cash. Normal. Y luego, advertimos la sombra de Dylan, aunque se olvidara de tocar Simple twist of fate, y de Woody Guthrie, a quien homenajeara Wilco junto a Billy Bragg. Sonaron Sunken treasures, Via Chicago, Shot in the arm, Jesus etc., Someday some morning sometime... maravillas mecidas y delicadas en formato desnudo. En esqueleto. El barbudo Jeff, con gafas de sol, nos regaló una magnífica sesión de folk, pop desnudo, y algo de country y una despedida blues con I"m the man who loves you. El sentimiento es recíproco.