Springsteen retomó el folk con "The ghost of Tom Joad"

bilbao. Al igual que Nebraska, el disco al que más se parece, The ghost of Tom Joad, editado por Bruce Springsteen en 1995, resultó una sorpresa, ya que meses antes de su edición el Boss había reagrupado a The E Street Band seis años después de su disolución. Con su grupo, sólo grabó unos cuantos temas para una recopilación y optó por regresar al folk, a la instrumentación árida y las letras descarnadas y crudas del otro lado del sueño americano. DEIA ofrece mañana el álbum, con un lujoso libro, al precio de 9,95 euros.

El disco toma su nombre del personaje de Las uvas de la ira, el libro de John Steinbeck que luego convirtiera en una obra maestra cinematográfica John Ford, con Henry Fonda como protagonista. En el álbum, Bruce opta por contar el otro lado del sueño americano y puebla sus canciones de desarrapados en busca de una fogata donde calentarse; ex presidiarios a los que vuelve locos la rutina; ex combatientes que reniegan de su gobierno; atracadores en huida hacia ninguna parte; parados afectados por la reconversión industrial; espaldas mojadas que se dejan la vida entre México y USA... "Donde alguien esté luchando por ser libre, mírale a los ojos, mamá, me verás a mí", canta Springsteen en el tema titular de este álbum de folk desnudo y árido, que su autor grabó en parte en solitario, interpretando guitarra, armónica y un leve fondo de teclados, en parte con amigos, algunos de su banda de siempre. "Su música es mínima y las melodías poco complejas, pero desempeñan un papel importante en el proceso de contar historias. La música define a los personajes, cómo son y cómo se expresan", explica Bruce en el libro que acompaña al disco. Un disco descarnado, valiente y que apuesta por la solidaridad, el apoyo al más débil y la igualdad entre razas en canciones sobresalientes, las mejores que grababa en la última década, como la popular Youngstown, Straight time o las fronterizas Across the border, The line y Sinaloa cowboys.