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LA editorial vasca Astiberri ha reunido a un interesante elenco de dibujantes de cómic para reinterpretar los clásicos del género fantástico, en una colección que refresca la esencia de esas viejas historias con una nueva iconografía. Esta serie de publicaciones ha comenzado con el lanzamiento de Monkton el Loco, de Wilkie Collins, y El mundo perdido, de Conan Doyle.

"No es una novedad publicar libros ilustrados, pero esta colección da algo diferente, porque combina la literatura decimonónica con prestigiosos autores de cómic estatal, que saben narrar y contar historias, dotando a cada libro de un nuevo punto de vista", explica Laureano Domínguez, editor de Astiberri. Los dos primeros títulos de este proyecto reflejan esa intención de "dotar de imagen" a narraciones fantásticas. El ilustrador Fidel Martínez lo hace con los relatos de Wilkie Collins, mientras que Sagar Forniés da vida a los personajes de sir Arthur Conan Doyle.

"Creo que las ilustraciones dan ese aspecto visual que no tiene el relato; personalmente creo que los dibujos son esenciales para generar un ambiente y propiciar una serie de emociones y sensaciones que acompañen al lector", afirma Martínez. Monkton el Loco, visto por él, incluye una portada monocolor en azul y más de veinte ilustraciones a toda página en las que el autor se ha decantado por el uso de fuertes claroscuros y primeros planos de caras desencajadas por el miedo.

"Las ilustraciones del libro tienen ese carácter expresivo que identifica mi estilo personal -remarca Martínez-, creo que he utilizado rasgos que podían complementarse con los relatos de Collins, enmarcados en el género del terror gótico". El ilustrador sevillano, que confiesa estar influido por los trabajos de Alberto Breccia, José Muñoz y Federico del Barrio, admite haber revisado para este proyecto las pinturas negras y los grabados de Goya, que tuvieron "suma importancia" en el acabado de las imágenes.

Por su parte, Sagar Forniés ofrece en El Mundo Perdido una treintena de imágenes muy trabajadas, mayoritariamente paisajísticas, en las que el blanco y negro se ve sustituido por toda una gama de grises. Esa fue la única limitación estética que se impuso desde la editorial Astiberri, el uso de blanco y negro para las imágenes del interior y del monocolor para la portada, en la que Forniés se decantó por el amarillo.

otros títulos

"Solomon Kane" y "El Golem"

"Hemos tenido una libertad total tanto en el enfoque estético como en el número de ilustraciones", destaca David Rubín, dibujante de Solomon Kane, de Robert E. Howard, que junto con el libro El Golem de Gustav Meyrink, ilustrado por Santiago Valenzuela, sale a la venta el próximo miércoles.

Rubín, que afirma haber dado "un paso más" en su evolución como autor gracias a este libro, "trabajando el blanco y negro de un modo que nunca había hecho" y utilizando nuevas composiciones y degradaciones de grises, agradece a la editorial haber podido elegir la historia que tendría que ilustrar, lo que cree que ha dado "más emoción" a sus imágenes. Para mostrar las aventuras de Solomon Kane, el ilustrador gallego, que afirma estar influido por el cómic, el cine, la literatura, la pintura y el videoclip, revisó material de ilustradores de principio de siglo, mezclándolo con el expresionismo alemán y "cien mil cosas más".

"Para mí el estilo consiste en mezclar bien en la túrmix cuantas más influencias puedas asimilar, por dispares que sean, y darle vueltas hasta que salga algo nuevo, con entidad propia", confiesa.

Desde la casa Astiberri, con sede en Bilbao, se ha confirmado ya la colaboración de Paco Roca, Alberto Vázquez y Javier de Isusi para los próximos títulos de esta colección, que pretende publicar seis títulos al año y que, a pesar de no cerrarse a colaborar con ilustradores extranjeros, prefiere jugar con "autores de la casa".