Bilbao. "Me pareció divertida la idea de grabar a los modelos mientras les pintaba y me contaban sus historias y, al parecer, a los miembros del jurado también les ha parecido divertido", explicaba ayer, con gracia, desde su residencia en Iowa, Félix de la Concha (León, 1962). Anteayer, el artista plástico, que en su última exposición -La historia más larga de Bilbao jamás pintada- ha aunado pintura y vídeo, se hizo con el premio al mejor corto-documental en el prestigioso festival Sene, en Rhode Island, Estados Unidos. "Ya fue un logro que lo aceptaran para concurso así que imagínate, no me esperaba para nada poder ganarlo", se sinceró el pintor. Sin embargo, de la Concha no pudo disfrutar del momento del premio ya que se encontraba inmerso en un trabajo sobre los cambios estacionales: "es un trabajo muy intenso y de un día para otro ya me cambia el paisaje así que no pude ir". En su lugar, recogió el premio su mujer y, también, productora de la cinta, Ana Merino. Esta, profesora de la universidad de New Hampshire, fue quien trasladó a la pareja a tierras norteamericanas, por cuestiones laborales, donde Félix ha realizado varios de sus trabajos más renombrados, como la serie de pinturas sobre la Casa de la cascada de Frank Lloyd Wright.

"El documental muestra una visión muy panorámica de Bilbao, gracias a los protagonistas, cada uno con su historia y con su circunstancia", describe el artista. El cortometraje está grabado de manera "precaria", explica. "Es una idea muy simple: una cámara fija en la que se encuadra al modelo y parte del cuadro para que se vea el proceso de creación del cuadro". Pero el lado humano es de vital importancia en este trabajo. Claro ejemplo de ello es que el documental "comienza con uno de los trabajos terminados y luego rebobina hasta que el lienzo está en blanco, para que el protagonista me cuente su historia. Es como rebobinar en la memoria, como recordar".

Tras este gran comienzo, el creador leonés tiene intención de mover el documental por más festivales: "En Rhode Island nos han recomendado alguno que otro, pero aún no sabemos qué hacer", aclara.

Gran trabajador Emilia Epelde, directora de la galería Epelde&Mardaras, que muestra la obra hasta este sábado, dice que "es como un franciscano: se levanta a las siete de la mañana, desayuna fuerte y se pasa todo el día pintando". Fue Emilia quien ayudó a Félix a encontrar los siete modelos para esta obra y quien le dio cobijo mientras terminaba la obra, en Bilbao. "Félix saca chispa de las entrevistas, es un gran conversador", se sincera la encargada de la galería.