El filme "Baztan" incide en los errores históricos que ha cometido el hombre
El realizador navarro Iñaki Elizalde presenta su primera película en Arizkun
Arizkun. Una película sobre la verdad y la mentira, la realidad y la ficción, sobre quiénes somos y cómo somos y las historias paralelas que nos marcamos en nuestras vidas. Y, especialmente, sobre los errores que el ser humano repite de manera sistemática a lo largo de toda la historia. Todo eso es -en líneas generales, porque hay muchas más lecturas- Baztan, el proyecto cinematográfico de Iñaki Elizalde, que se rueda ya en el hermoso valle navarro que da nombre al filme.
El realizador de Iruñea presentó ayer la película -su primer largometraje de ficción- en el hotel Señorío de Ursua, de Arizkun, en compañía del director de producción, Mikel Pruaño, y de los conocidos actores Carmelo Gómez, Unax Ugalde y Mirentxu Goienetxe. Esta última representaba al elenco artístico del valle de Baztan, un grupo de personas que se ha involucrado con ganas en el proyecto.
La historia contiene varias tramas que discurren por diversos momentos temporales y en las que se entrecruzan 78 personajes. El tema de los agotes, envuelto en misterio y leyenda y sobre el que todavía hay heridas abiertas en el valle de Baztan, constituye la trama principal de la película, de la que se rodaron ayer varios planos en la iglesia del antiguo colegio de Lekaroz. En concreto, de la escena de un juicio en el que dos caballeros castellanos del siglo XVII que tienen como mandato real probar la limpieza de sangre del baztanés Pedro de Ursua (quien ha solicitado el ingreso en la Orden de Santiago) interrogan a cada uno de los vecinos "mediante una serie de entrevistas que acaban de una forma insospechada", contaba ayer Iñaki Elizalde.
película oscura Antes de gritar eso de ¡Silencio y acción!, el realizador daba órdenes a los actores Txema Blasco y Carmelo Gómez durante el rodaje en la citada iglesia. En la misma el olor a incienso y la atmósfera misteriosa y oscura trasladaban a todos los allí presentes a un estado indefinido, mezcla de realidad y leyenda, que mucho tiene que ver con el contenido de la película, y también con la vida en Baztan.
"Lo que ocurre en el valle se queda en el valle. Con esa sensación me he quedado durante el tiempo que he pasado viviendo en Baztan", decía ayer Elizalde, quien apuntaba sobre el filme que "es una película oscura, enmarcada en un espacio que no es fácil, que está siempre envuelto en niebla y, además, raro es el día en que no llueve. Y todo eso marca el carácter de la gente que vive aquí". El realizador pamplonés comparó el alma de su proyecto con "un río que no va al mar, un río circular que vuelve al mismo sitio. La película habla de los errores que vamos repitiendo sistemáticamente a lo largo de la historia, y de que todos en algún momento de nuestras vidas somos actores y nos creamos historias paralelas. Nos engañamos siempre", dijo en la presentación de su último trabajo.
Para el actor Carmelo Gómez, la metáfora del río circular que vuelve al mismo sitio es su propia historia, porque con esta película él regresa al valle de Baztan dieciocho años después de rodar allí Vacas, con Julio Medem y los actores Txema Blasco y Cándido Uranga. "En esta película, interpreto a tres personajes distintos en tres momentos temporales diferentes, pero con una idea común: el valle, sus gentes y sus costumbres. Se puede decir que hago de mí mismo, interpreto a un actor que hizo aquí una película y que vuelve al valle a remover la tierra para encontrar los restos de aquella raza proscrita que fueron los agotes", contaba ayer Carmelo Gómez.
cooperación Unax Ugalde da vida a uno de esos agotes que lucha por sus derechos "y por vivir en igualdad de condiciones que el resto de la población".
A Unax le ha gustado la experiencia de trabajar con actores noveles y en ese sentido apuntaba que "he trabajado con un chico que hace de mi hermano, Patxi Bengoetxea, y ha sido muy bonito. Por un lado está siendo bastante complicado en el sentido de coordinar a gente que nunca ha trabajado con la cámara, pero luego de repente sueltan una frescura que es muy difícil de encontrar en un actor profesional. Es una simbiosis".
Esa historia, la de los agotes, el motor que inspira el espíritu del proyecto Baztan, llegó hasta Iñaki Elizalde "a través del un vecino del valle que tenía ganas de contarla y de limpiar el nombre de ese conjunto de la población que en su época fue marginado y recluido en el gueto de Bozate". Y precisamente lo que convenció al realizador pamplonés de que ahí había algo digno de contarse hoy es "la universalidad del tema, que sigue latente".
"Que un gran grupo de gente no acepte a una minoría por razones equis es un problema repetido hasta la saciedad a lo largo de la historia, y sigue siéndolo", apuntó Elizalde, quien cuando se decidió a poner en marcha el proyecto quiso vivir unos meses en el valle de Baztan. "Me enamoré inmediatamente del espacio y me di cuenta de que los habitantes, los abuelos, no han olvidado la historia de los agotes".