bilbao

la muestra concita el interés y ha contado con el apoyo de la oficina para la Rehabilitación de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala. Si antes se hizo un mural realizado por los artistas de la zona en la calle Olano, ahora se trata de abrir una galería de arte al aire libre que tiene la vocación de continuar. Cinco obras de vida efímera que van a permanecer unos seis meses para después ceder el sitio a los trabajos de otros autores. La idea procede de Bada y del entorno de creadores que laboran en torno a Dk muralismo y la galería Sey collors. La primera propuesta reúne las imágenes de Ismael Iglesias, Fermín Moreno, Ektor Rodriguez, Jorge Rubio y Satone. Las impresiones se han hecho en blanco y negro. Unos colores que sintonizan con el lugar y con las gentes que deambulan por el entorno de la calle Bailén. Presencias singulares y misteriosas con las que se quiere abrir el barrio a la creatividad y para que la cultura tenga protagonismo en la calle. Un conjunto a imágenes que lleva el título genérico de Panoramikas, noción que tiene que ver tanto con el formato elegido como con la visión distanciada que ofrecen.

Las obras miden dos metros de alto y seis de largo. Tienen la nota común de rehuir de la unidad de espacio, tiempo o lenguaje y de propiciar itinerarios nómadas, llenos de asociaciones entre los distintos elementos, así como entre las partes y el todo. Las piezas no siempre son representativas de lo que habitualmente crean sus autores. Los casos más claros son los de Ismael Iglesias y Fermín Moreno. Realizar un trabajo para un sitio y con unas determinadas condiciones, no sólo ambientales y de situación sino de procedimiento, tiene sus diferencias con la creación de piezas más autónomas y sin condicionantes.

El bilbaino Jorge Rubio (1972) se sirve de la ligazón entre una fotografía y unos geométricos signos gráficos como los de las señales de circulación que activan la mirada y la hacen transitar por la superficie al mismo tiempo que actúan sobre el motivo. La naturaleza es oscura y a duras penas aparece habitada por unos secretos personajes que reciben tanto el splash de la luz como de una enorme mancha lanzada sobre la superficie. Se titula Observación del hecho y hace referencia a la atenta percepción de las cosas, así como a sus atentados y destrozos.

Neighborhood es la denominación de la propuesta de Fermín Moreno (1970). Término que hace alusión al barrio y a la vecindad de una acumulación de referentes, reconocibles en su inmensa mayoría. Personajes reales o de ficción, de ayer y de la actualidad, tanto protagonistas de las élites culturales como iconos populares en la sociedad de masas. Una agrupación que se agolpa en un continuo primer plano donde se distingue a Andy Warhol y Oscar Wilde junto a la Masa, Pikachu o al cantaor de flamenco Camarón de la Isla. Figuras que forman parte del imaginario colectivo y parecen generar un juego de reconocimiento con el espectador. También proporcionan ironía y acidez cuestionadora, mediante signos como un lauburu en el picudo gorro de un gnomo y la cruz alemana en el hábito de otro personaje, así como un emoticón que introduce el signo del euro.

En Go-goan de Ektor Rodriguez (1974), tal parece que se hace un juego de palabras, entre el inglés y el euskera. Su autor crea una relación entre la fachada de un edificio bilbaíno, la imagen de Gandhi asomado al balcón y una serie de elefantes que pasan por debajo. Nos conduce a una perplejidad que convierte a la ciudad en un espacio constituido por todo tipo de residentes.

El artista invitado es Satone (1977). Autor alemán de origen latino americano que es un creador de street art. Su obra se titula Survival on cage y es la reproducción de una de sus creaciones plásticas. Un trabajo en el que destaca un ojo en medio de un cosmos asbtractizante con raíces constructivistas.

Donde las estrellas sean paraguas de todos es el narrativo título de la pieza de Ismael Iglesias (1974), artista que acaba de cerrar exposición individual en Torre Ariz de Basauri. El autor de Durango abandona sus planteamientos neogeométricos y sus grandes letreros por una estimulante presencia de cuerpos masculinos en los que representa a aguerridos luchadores que se sitúan entre el pasado y la ficción contemporánea.

En ninguno de los casos se quiere ornamentar ni hacer bello ni amable el entorno, sino de inquietar, sugerir, abrir ventanas donde no hay sino muro oscuro y un lugar de paso que puede ser vivido más pausadamente. Sin tener que hacer referencias explícitas, es un importante intento por generar receptividad, interrogar, suscitar preguntas, propiciar sensaciones e ideas y de sintonizar las preocupaciones de los artistas con algunas de las personas que pueden transitar por el lugar. Una iniciativa a cielo abierto que tiene el interés del desafío artístico. Notable acierto.