Berlín. La región de la Cuenca del Ruhr ha dado este pasado fin de semana el pistoletazo de salida a los cerca de 2.500 actos que organizará este años como capital cultural europea 2010, un título que comparte con Pécs (Hungría) y Estambul (Turquía).
Con el lema Cambio a través de la cultura. Cultura a través del cambio, la región alemana, con Essen (oeste del país) como epicentro de las festividades, acogerá este año actos y proyectos vinculados al arte, la música, la literatura y el teatro, entre otras disciplinas culturales. La Cuenca del Ruhr busca así reconvertir su desmantelado tejido minero en puntal cultural dentro de su programa como insólita y múltiple capital cultural europea. La ciudad de Essen tiene el título de Capital Europea de la Cultura como representante de las 53 ciudades del Ruhr, que cuenta aproximadamente con 5,3 millones de residentes. Esto convierte a la región en la tercera mayor aglomeración urbana en la Unión Europea detrás de París y Londres.
"No podría ser mejor", afirmó el presidente alemán, Hors Köhler, en el acto festivo que inauguró el año cultural de la región minera y destacó que la cuenca del Ruhr es el ejemplo de que la cultura ayuda a superar obstáculos y a promover la evolución. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, destacó que la historia de Europa nació "del carbón y del acero", señas de identidad del Ruhr que, según afirmó, se ha convertido hoy en día en un crisol de pueblos y de culturas. El jefe del Gobierno regional del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, señaló que la capitalidad europea es para la cuenca del Ruhr "un sueño hecho realidad", cuyos actos se distribuirán entre 53 localidades de la región.
La capitalidad europea se orquestará en torno al que en la región se considera el museo más bello del mundo, el Folkwang de Essen, que fue arrasado por los bombardeos aliados de 1945, ubicado junto al Zollverein, el mayor complejo carbonífero de la zona. Del viejo Folkwang se salvó su colección de obras de Cezanne, Gauguin, Van Gogh y Matisse, proscrita por Hitler como "arte degenerado". La capitalidad europea de la Cuenca del Ruhr coincidirá con el renacimiento del museo, reeditado por el arquitecto británico David Chipperfield, como construcción de módulos cúbicos que reemplazan el que arrasaron las bombas. El Zollverein, patrimonio arquitectónico de la Unesco desde 2001, será epicentro del programa del Ruhr 2010, con sus pozos de extracción, sus estructuras metálicas y su maquinaria, como testigo del poderío de la siderurgia local.
Las minas, arrasadas por las bombas durante los estertores de la Segunda Guerra Mundial, y los núcleos urbanos concentrados en la Cuenca del Ruhr, fueron sinónimo del resurgimiento industrial alemán, exponente del "milagro económico".